Sigo creyendo que la anomalía absoluta en la historia argentina fue el país de la Constitución de 1853-60 y no lo que vino antes y después:
Lamentablemente hay muchos pésimos ejemplos de los gobiernos argentinos de los últimos largos tiempos. Sin embargo, después de la tiranía rosista, la Constitución de 1853/60 permitió convertir a ese país sudamericano en la vanguardia del mundo libre.
Los inmigrantes competían entre Estados Unidos y Argentina para “hacerse la América” debido a que los salarios del peón rural y los obreros de la incipiente industria eran superiores a los de Alemania, Francia, España e Italia. Todos los indicadores de progreso más relevantes ubicaban a la Argentina en los primeros puestos del concierto de las naciones más civilizadas del orbe.
La parte de mi familia que, a la larga, la pegó fue la que emigró a Canadá.
ReplyDeleteLa civilización es como un jardín bien cuidado. Y cuesta trabajo mantenerlo. Ni bien uno deja de hacerlo, los bárbaros yuyos y las crueles hormigas lo destruyen todo.
ReplyDeleteGus VF