La medida es popular y progresista por donde se la mire: Si alguien que puede viaja al exterior y compra en dolares con tarjeta,la liquida al cambio oficial a la vuelta en pesos. Una medida que beneficia a los que menos tienen evidentemente. La clase media Kenny (keniviaja que ni nada) de parabienes, si se compra un jean decente acá ¿adivinen ( además que la ropa es mucho mas cara) a que dolar de referencia pagará con sus inevitables y obligatorios pesos?
No importa si la catástrofe es hyper-inflacionaria, recesiva o confiscatoria.
Sólo es "catástrofe" cuando lo que sonó es el bolsillo propio. El resto que reviente.
Acá siempre hay gente especulando que nunca va a a pagar los costos y siempre se olvidan que cuando hicieron eso, les salió mal.
El argentino promedio se maneja como esos jugadores compulsivos que pierden auto, ahorros y la casa porque siempre creen que la próxima les sale bien y se salvan.
La medida es popular y progresista por donde se la mire: Si alguien que puede viaja al exterior y compra en dolares con tarjeta,la liquida al cambio oficial a la vuelta en pesos. Una medida que beneficia a los que menos tienen evidentemente. La clase media Kenny (keniviaja que ni nada) de parabienes, si se compra un jean decente acá ¿adivinen ( además que la ropa es mucho mas cara) a que dolar de referencia pagará con sus inevitables y obligatorios pesos?
ReplyDeleteCon lo que vale un jean en Argentina, te comprás 5 en USA. Esa es la equivalencia.
DeleteCuando murió Julio Ramos la viuda le vendió el diario al kirchnerismo.
ReplyDeleteLo que les importa es la guita en publicidad ahora.
ReplyDeleteLo de la credibilidad qué importancia puede tener para una población que se olvida lo que es una hiperinflación y un corralón?
No importa si la catástrofe es hyper-inflacionaria, recesiva o confiscatoria.
DeleteSólo es "catástrofe" cuando lo que sonó es el bolsillo propio. El resto que reviente.
Acá siempre hay gente especulando que nunca va a a pagar los costos y siempre se olvidan que cuando hicieron eso, les salió mal.
El argentino promedio se maneja como esos jugadores compulsivos que pierden auto, ahorros y la casa porque siempre creen que la próxima les sale bien y se salvan.