Muchos parecen estar convencidos de que se trata de un partido de fútbol o una discusión de confitería a todo o nada. Lamentablemente, no estamos hablando de cuestiones ideológicas en abstracto sino de 40 millones de personas de carne y hueso a las que les están arruinando la vida.
Todos tenemos un país ideal en la cabeza, pero si nos sentamos a esperar que se haga realidad, a los que se queden en Argentina los va a agarrar la carroza. Hay que empezar a pensar en el país posible. En ese sentido, no todo da lo mismo. No hay políticos ni partidos ideales pero sí claramente hay políticos y partidos menos malos que otros.
Por ejemplo, una victoria del hijo de Alfonsín o de Binner – con todos sus defectos, a pesar de que las diferencias con el régimen kirchnerista son meramente formales - en las últimas elecciones presidenciales hubiera sido preferible toda la vida a volver a tener a la viuda regentando el país cuatro años más. Por lo menos hubiera habido un avance hacia un gobierno menos autoritario en lo político.
Jefe, no se, tengo el presentimiento de que el final sería el mismo. Prefiero que sea toda la corpo política la que se vaya por el caño y con ella toda esa ideología colectivista que envenenó las mentes de este país por décadas. Que pase lo que tenga que pasar. Cuanto antes, mejor.
ReplyDeleteLeí una vez un libro (Megatendencias) cuyo autor decía algo que pude constatar repetidamente en la práctica: las tendencias son fuertes, de largo plazo y se generan de abajo hacia arriba, mientras que las modas se generan de arriba hacia abajo y son pasajeras.
Así, me atrevo a esbozar la siguiente hipótesis:
Si alguna vez los argentinos aprenderán a conectarse con la realidad, será en vista al contraste con sus vecinos. Cuando en lugar de odiar(envidiar) a los EEUU, envidien a Uruguay o Paraguay y finalmente lleguen a ser humildes. El primer requisito para aprender cualquier cosa es reconocer que no se sabe un pomo del tema.
Lo bueno es que nuestros vecinos ya no nos ven como modelo de casi nada y están siguiendo, por su propio bien, su propio camino racional, esto es, ajustando sus aspiraciones a sus posibilidades y TRABAJANDO ARDUAMENTE en ese sentido.
Yo no se que esperan los uruguayos para hacer un TLC con los EEUU. Por ejemplo.
DeletePor qué la fotito -del hombrecito y su mascotita- me da asquito?
ReplyDelete:|
No hubiera cambiado nada, despues de 9 meses los peronistas hubiesen estado de nuevo el poder y conn alguien aquien echarle la culpa. Como hicieron con DelaRua. O estos no estaban todos con el FREPASO y ahora se hacen los peronistas .
ReplyDeleteLouis: me encantaron tus rodeos hasta animarte a decir que sería preferible que Alfonsín o Binner hubieran ganado las elecciones pasadas. Quiero decírtelo claramente: estoy totalmente de acuerdo con vos.
ReplyDeleteAdolecemos de una perrada política de terror, pero a la hora de ser amedrentado por ella a través del aparato del Estado, preferiría un caniche toy radical o socialista a un dogo peronista. Todos son retrógrados y populistas, pero históricamente hasta hoy el radicalismo al menos puede mostrar un CV mucho más limpio en cuanto a respeto por ciertos formalismos institucionales, un nivel de corrupción muchísimo menor a los del aparato del PJ (no es ninguna virtud morir pobre, pero al menos prueba que no se es chorro, y yo casi no conozco que radichetas amasaran obscenas fortunas mal habidas después de ocupar cargos, como sí lo exhiben a granel los peronchos) y una ética-estética que, aunque ellos también irían a negociar con los subdesarrollados del mundo, al menos no pondrían un Presidente que fuera a hacer ‘la gallinita’ después de organizar una kermese en Angola.
Es muy poco, casi nada, sobre todo si contamos con lo ineficientes y cagones que son a la hora de enfrentarse a la mafia peronista, pero tanto el radicalismo como el socialismo vernáculo provienen de orígenes populares bien distintos a los del peronismo: el inmigrante laburador, analfabeto pero con mandatos culturales de Occidente los primeros; el inadaptable migrante autóctono del “vivir panza arriba y sin trabajar”, serviles caudillistas, los segundos. El radicalismo es un error conceptual pero nacido de la civilización, por lo tanto, corregibles; el peronismo en cambio, nació de la barbarie, por lo tanto, irrecuperables. Por eso, si surgiera una corriente de tendencia liberal en el radicalismo (podrían tomar como ejemplo a Alvear) sería mucho más creíble que si surgiera de las filas del PJ (ya ocurrió: Menem).
Es nada, casi nada, pero a esta altura de las circunstancias históricas en que ya casi todo el espectro político y social es una masa indistinguible, tendremos que hacer un esfuerzo ya no para elegir, sino, y con un broche en la nariz, apenas preferir.
Sin casi ninguna esperanza, claro. De momento, y sólo por una cuestión de conciencia personal; aún a sabiendas de que el dogo se comería al caniche toy otra vez. Porque aquí el fin de la República Argentina ya ocurrió, hace rato que vencieron los bárbaros. Y no se los ve con ganas de suicidarse.
Gus VF
Yo creo que hay que cambiar a los tipos que gobiernan actualmente por el simple hecho de mandarles el mensaje de que si hacen lo que quieren los vamos a sacar.
ReplyDeleteLo que pasa es que en la práctica, entra uno de ellos, les explota la bomba que es imposible de desactivar y quedan como De la Rua. Como los culpables.
En ese sentido, es mejor que les toque pagar los platos rotos a los actuales pero ... el problema es que estamos sufriendo con sangre...
Sea lo que pase, estamos jodidos. =(