Así en España como en Argentina... y viceversa.
Un prestigioso abogado madrileño me cuenta que siete de cada diez llamadas son clientes que le consultan dónde tienen que llevarse su dinero para que esté más seguro que aquí. Ya no se trata de dinero B ni de evadir impuestos, sino de montante perfectamente declarado y legal y de personas muy preocupadas no tanto por la crisis en su concepto más abstracto sino por cómo se hacen las cosas en España. Crisis, sí, pero de confianza. Crisis de confianza en este abrasivo intervencionismo estatal que todo lo estropea y que siempre reacciona tarde y mal. Muy tarde y muy mal.
Dime qué haces con tu dinero y te diré qué piensas de verdad y en qué y en quién confías realmente, eso, si tienes dinero. Dime qué haces con tus ahorros y sabré cuál es el verdadero alcance de tus sentimientos. Siete de cada diez llamadas o visitas que recibe este importante abogado son para preparar la huida, para empezar a gestionar la tragedia antes de que se desparrame.No sé por qué esperamos que Europa en general o Alemania concretamente lancen mensajes de optimismo y de confianza sobre nuestra situación, no sé por qué ponemos cara de extrañados cuando vienen a decir y a decirnos que somos un desastre. Todos sabemos ?y nosotros los primeros- que somos una calamidad, que hemos actuado sin ninguna inteligencia, con una fanfarronería impresentable, y que en el mejor de los casos, lo que nos ha ocurrido, puede atribuirse a la más absoluta de las incompetencias, aunque lo más probable es que se trate un conjunto de masivas estafas llevadas a cabo por una interminable colección de los más siniestros y nefastos personajes.El Estado con su intervencionismo letal ha hundido bancos y ha confundido inversión con gasto. (...)Ahí está ese dato: siete de cada diez llamadas. Y los otros tres no le preguntan sobre cómo sacar el dinero porque ya se lo han llevado.
Los resaltados son míos.
Mamita querida.
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