Jun 28, 2012

“Otro siglo, otra Argentina”

El prólogo del libro de Juan José Llach, editado en 1997, que lleva el subtítulo "Una estrategia para el desarrollo económico y social nacida de la convertibilidad y de su historia".

Como para darse una idea de cómo se han desplomado los objetivos y los proyectos de los argentinos como sociedad, de cómo se hizo carne el pobrismo, de la manera increíble en que se resignaron al pedorrismo tercermundista.

Por si algún pajarito no se dio cuenta, habla de una Argentina en ese entonces posible para el bicentenario de la Revolución de Mayo.

Pensar que el impresentable del hijo se entusiasma con un “kirchnerismo prolijo” desde las páginas de La Nación. Debería caérsele la cara de la vergüenza.

Perdón por la calidad de las imágenes.





7 comments:

  1. animo! que estamos a solo 18 añitos de cumplir un siglo al pedo!

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  2. Si los valores no estan internalizados en la poblacion, lo que hace un grupo dirigente, no perdura.
    La generacion del 80 llevo a cabo exitosamente un proyecto espectacular, pero ademas de inmigrantes, tenia un pueblo formado en una cultura nada liberal, y donde cundia, incipiente primero, y luego muy fuerte, un nacionalismo profundamente contrario a las ideas liberales, y es lo que termino triunfando en las ideas de la poblacion argentina, incluyendo a los propios hijos de los inmigrantes.
    Esto uno lo vio si participo en alguna institucion de bien publico. Uno puede con un grupo afin realizar cambios, ser eficiente, mejorar la institucion en todos los sentidos, pero si losb destinatarios de ese cambio no han hecho carne de esos valores, luego todo vuelve a ser igual.
    En los 90 fue asi, se hizo un cambio desde arriba, pero las ideas predominantes eran mas afines al nacionalismo que al liberalismo y no perduraron.

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    1. Es así, Pedro, en nuestros países la modernidad es impuesta desde arriba, en el mejor de los casos. En el peor, tienes a Haití.

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  3. Apenas me acerqué y vi el remanido e inexistente término "capitalismo salvaje" para saber que el escrito es un mero menjunge buenista, bienpensante y progre, insípido e incoloro. No que reformar al Estado, hay que limitarlo, atarle todos los tantáculos. El hijo es un pelotudo, pero el padre no era H.L. Mencken.

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    1. Nicolás, fijate en los objetivos y comparalos con los actuales (si es que hay alguno más allá de rascar de donde sea para seguir viviendo por encima de sus posibilidades un par de meses más).

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    2. Perdonen que me la agarre con Llach senior, pero hoy ha sido un día para el olvido.

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  4. y en mi pais q estamos crudos aun , terrible

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