Me manda cuestiones que encuentra en Librocara, para que no se le reviente la hiel de la bronca.
Es cierto que el fenómeno político del kirchnerismo es un núcleo duro muy reducido rodeado por un grupo enorme de acomodaticios sin el menor escrúpulo que se hicieron unas diferencias enormes. Pero entre la gente de a pie, sobre todo de clase media, hay un sector importante que está convencido de que se trata de una gesta patriótica, de que están cambiando para bien y para siempre la historia del país.
Ojalá se limitara al tan mentado 54% que votó a la viuda en las últimas elecciones presidenciales. Si incluyen los votos que sacaron el hijo de Alfonsín y Binner, en el segundo y tercer lugar respectivamente, con ideas y propuestas casi idénticas, estamos hablando de más del 80% de los votos emitidos.
Me hace acordar al del proceso "Los argentinos somos derechos y humanos".
ReplyDeleteSer K y no odiar es un contrasentido.
ReplyDeleteEl kirchnerismo es odio a flor de piel.
Por eso insisto en que el argentino medio ha recibido la herencia del peronismo básico y explota lo que es hoy en la "marca país", o sea es "sensiblero y fayuto". Ese cartel del "YO SOY DEL 54%...", es la mejor muestra de lo baboso sensiblero, falso, hipócrita y fayuto. Disculpen la calentura - JUAN
ReplyDeleteJuan, es para calentarse.
DeleteDisiento, Louis:
ReplyDeleteLos que no votaron K. pueden tener una tendencia político-económica más o menos parecida. Pero no son iguales en el sentimiento. Sobre todo en el fanatismo y el odio, típicos del kirchnerismo. Es éste el que nuclea lo más odiante de la población argentina, conveniencias al margen.
Y ni siquiera es el 54% que voto K., es un tanto menos que ha decidio cobrarse las frustraciones de su vida y realizar su visión del mundo a costa de los demás.
Son personas con un grado de fanatismo tal que omite literalmente la percepción de la realidad más cercana a ellas. No ven las incoherencias del relato con lo real. Un fenómeno extrañísimo. Disonancia cognitiva al 100%. Es un tema gravísimo.
Y con respecto al odio: Siempre fue, en todo lugar y época, lo que convocó lo político. Saber manipular -o simplemente manejar- el odio es virtud de todo político. Los K. lo hicieron de maravilla. Por eso mucha gente los sigue: es una cause para su odio.
Conozco mucha gente maravillosa, muy humana y hasta tierna, con un odio concentrado exclusivamente en la política, que aterra. Incluso uno agradece que tengan el odio ahí. Porque si lo tuvieran distribuido en toda su vida serían gente imposible, que destruirían todo a su alrededor.
Y el "odio reactivo" al odio político generado por los odiantes K. -el que podemos ver muchas veces en los comentarios del blog, por ejemplo- es otra cosa. Es un odio de supervivencia, de la persona que ve amenazado su modo de vida o su supervivencia lisa y llana. Es la reacción de gente a la que jodieron mucho. No es lo mismo. Una cosa es tener odio personal, transpasarlo a lo político, generar conflicto, discordia en lo social y otra cosa es la reacción a ese odio que, en general, también es odiosa. Porque las personas no somos ángeles, ni monjes budistas, mayormente.
Pero el núcleo odiante del kirchnerismo debe de ser el 15% de la población, el resto es buenismo, ignorancia, conveniencia, falta de alternativas, etc. Pasa lo mismo con el chavismo. No es el 54%.
Aunque el manejo desde el Estado ha creado toda una serie de cosas en torno al odio y ha llevado a serias divisiones entre amigos y familiares. Cosa que nunca antes había ocurrido en la Argentina
Me parece importante empezar a desdoblar y separa cosas y personas, si es que queremos generar una alternativa positiva al actual "modelo" imperante y no esperar a que todo, simplemente, se caiga.
Como digo más arriba, el argentino es, basicamente, sensiblero y fayuto. Otra forma de decirlo es, que trae en sus genes "la envidia y el resentimiento", sentimiento muy español (supongo que también algo de italiano). El que lo hizo aflorar y resaltó como sentimiento muy argentino, fue perón. En lugar de potenciar las virtudes de una clase media creciente y educada, les fogoneó el resentimiento y el odio, pero actuando en masa. No, Don Freeman, el pelotudo que escribió es leyenda del recuadro, lo juntás con varios nabos de la UBA o del pellegrini que se den un poco de manija y te aparece un nuevo Firmenich dispuesto a fusilar a cualquiera. Disculpas, pero además de caliente estoy muy; muy mpreocupado - JUAN
DeleteNo siempre me gobernaron los que mas me gustaban ( en realidad casi nunca) .
ReplyDeletePero jamas tuve con ningun otro gobierno el sentimiento de ODIO/ASCO/REPULSION que me provoca la mierda K.
No se en que porcentaje estoy y no tengo un ascometro para saber si yo odio mas a ellos que ellos a mi. Ni me interesa.
Coincido 100% con Perez
ReplyDeleteCon respecto a la primera parte del panfleto ( "La apoyo en lo bueno , la critico en lo malo" ) voy a transcribir lo que alguna vez deje como comentario en otro post:
ReplyDeleteEl Kirchnerismo, como el nazismo, es intrínsecamente malo. Malo de origen, de concepción, de esencia. No puede haber "algunas cosas buenas" porque todo es con un fin malo.
Si para matar a un judío que estaba escondido en un piso 10, los nazis le ponían un ascensor al edificio, los copropietarios podrían decir lo mismo del nazismo: "han hecho algunas cosas buenas".