Jul 19, 2012

Disiento

Los que no votaron K pueden tener una tendencia político-económica más o menos parecida. Pero no son iguales en el sentimiento. Sobre todo en el fanatismo y el odio, típicos del kirchnerismo. Es éste el que nuclea lo más odiante de la población argentina, conveniencias al margen.

Y ni siquiera es el 54% que voto K, es un tanto menos que ha decidió cobrarse las frustraciones de su vida y realizar su visión del mundo a costa de los demás.

Son personas con un grado de fanatismo tal que omite literalmente la percepción de la realidad más cercana a ellas. No ven las incoherencias del relato con lo real. Un fenómeno extrañísimo. Disonancia cognitiva al 100%. Es un tema gravísimo.

Y con respecto al odio: Siempre fue, en todo lugar y época, lo que convocó lo político. Saber manipular -o simplemente manejar- el odio es virtud de todo político. Los K lo hicieron de maravilla. Por eso mucha gente los sigue: es un cauce para su odio.

Conozco mucha gente maravillosa, muy humana y hasta tierna, con un odio concentrado exclusivamente en la política, que aterra. Incluso uno agradece que tengan el odio ahí. Porque si lo tuvieran distribuido en toda su vida serían gente imposible, que destruirían todo a su alrededor.

Y el "odio reactivo" al odio político generado por los odiantes K - el que podemos ver muchas veces en los comentarios del blog, por ejemplo - es otra cosa. Es un odio de supervivencia, de la persona que ve amenazado su modo de vida o su supervivencia lisa y llana. Es la reacción de gente a la que jodieron mucho. No es lo mismo. Una cosa es tener odio personal, traspasarlo a lo político, generar conflicto, discordia en lo social y otra cosa es la reacción a ese odio que, en general, también es odiosa. Porque las personas no somos ángeles, ni monjes budistas, mayormente.

Pero el núcleo odiante del kirchnerismo debe de ser el 15% de la población, el resto es buenismo, ignorancia, conveniencia, falta de alternativas, etc. Pasa lo mismo con el chavismo. No es el 54%.

Aunque el manejo desde el Estado ha creado toda una serie de cosas en torno al odio y ha llevado a serias divisiones entre amigos y familiares. Cosa que nunca antes había ocurrido en la Argentina

Me parece importante empezar a desdoblar y separa cosas y personas, si es que queremos generar una alternativa positiva al actual "modelo" imperante y no esperar a que todo, simplemente, se caiga.

Don Freeman

(Viene de acá)

15 comments:

  1. Don Freeman tal vez se olvidó que durante la etapa de Alfonsin, más diluida, tambien se vivió ña división de la sociedad entre los nacionales que apoyaban al gobierno y los cipayos golpistas que saboteaban sus iniciativas.
    La división está en la base de las filosofias progresistas, terminan siempre dividiendo entre buenos y malos.

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    1. Es así Blas. Pero nunca se había dado tan fuerte, ni a niveles tan íntimos (amigos muy cercanos, familiares) como durante el kirchnerismo.

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    2. Con el poco de conocimiento que uno puede tener de lo no vivido directamente, por los comentarios de mi propia familia, aun los que estuvieron en otro bando, si, asi se lo puede llamar, ya que fue algo bastante parecido a una guerra, creo que el primer y segundo gobierno de Perón es lo que más se asemeja.
      Hay una película de Jusid, con tono nac&pop, "Espérame mucho" en la que como un acto fallido, queriendo mostrar el rostro humano y lo "inevitable" del peronismo, se refleja bastante esta división.

      El otro momento histórico de tanta división, de tan malsano odio y resentimiento fue la época de Rosas. Pero el distanciamiento era definitivo. Se zanjaba con la vida del contrario.

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    3. "Esperameme mucho" era la única novela que escribió el escritor de Boedo don Isidoro Blainsten, su obra son cuentos y otros relatos. Pero terminó siendo el guión de la película homónima. Creo que después se publicó como novela.

      Puede que me equivoque: no se si Blanstein no escribió, mucho tiempo después, otra novela y que se publicó muy tardíamente, sino postuma.

      El hecho de sangre que narra es autobiográfico, tiene que ver con la muerte de su hermano, militante comunista, en manos de grupos fascistas.

      También da cuenta de la diferencia entre los viejos socialistas (de Palacios y J.B. Justo), en tanto que opositores y los peronistas.

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  2. Louis: me parece muy bueno y acertado el artículo.
    Lo vivimos día a día. Tengo ejemplos muy cercanos de íntimos amigos que dejaron de serlo, y los que decidieron romper con la amistad SIEMPRE fueron los K porque no toleran otra idea y porque están tan lobotomizados que priorizan la política a todo. SON DE TERROR.

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  3. Buen artículo, DF.
    Ahora que lo pienso, impresiona ver como en reuniones uno esquiva el tema de la política, por temor a enredarse en una discusión eterna.

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  4. Me siento increíblemente identificado con cada frase, cada palabra, del esclarecido análisis de Don Freeman. Quiero opinar que la división social actual en cuestión es cualitativa y cuantitativamente comparable a la que se dió durante el primer peronismo, allá por los años '50. Entonces había delaciones y despidos por causas políticas. Allí se popularizaron palabras con gran carga hiriente, como contrera, gorila, oligarca, cabecita negra, peronacho.
    El odio ha vuelto, aggiornado, quizás con matices refinados, igualmente ominoso.
    Le pediría a Don Freeman que desarrolle un poco la idea que desliza al final, cuando habla de desdoblar y separar.

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    1. Hugo. Originalmente este post de Louis es un comment mío a un post suyo (por ahí te remite al enlace.).

      Lo que estoy diciendo es que la minoría odiante es muy mínima. Ni siquiera es el 54% de los votantes, ni mucho menos el que voto alternativas políticas muy similares en lo económico.
      Y que tenemos que entrar a distinguir entre la gente y separar, para poder construir una alternativa al poder dominante actual.
      No toda la gente es igual.

      Con lo antedicho no niego, para nada, el fenómeno del odio extendido en nuestra sociedad y como ha corroído amistades profundas y relaciones familiares de un modo devastador.
      Otro de los logros del modelo.

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  5. Me parece un excelente análisis. No hay nada que agregar.

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  6. “Deben ser los gorilas, deben ser...”

    Al día de hoy pocos sospechan el origen del término gorila. En realidad el mote lo acuñó involuntariamente quien después fue un conspicuo liberal: Aldo Cammarota. Fue guionista y libretista humorístico de innumerables programas radiofónicos y luego televisivos entre ellos los monólogos de Tato Bores.

    Corría el año 1955 en donde habían empezado a manifestarse claramente los descontentos militares contra el régimen e intentos de derrocamiento. El primero de ellos fue la asonada del 16 de Junio del 55. Perón cayó tres meses después.
    Para ubicarse el ambiente de la época hay que tener en cuenta que la radio era el medio de comunicación masivo dominante (la televisión recién empezaba) y había una fuerte censura a la prensa escrita y oral como nunca se había conocido en la Argentina.
    Restringidos como estaban los medios de comunicación, todas la novedades políticas de importancia respecto al descontento hacia el gobierno se transmitían mediante rumores de boca en boca.
    Por aquel tiempo había un programa humorístico en la radio llamado “La Revista Dislocada”. Uno de los skechts de más éxito era una parodia de Tarzán. Dos exploradores iban por la selva y escuchaban unos ruídos inquietantes. Cuando en medio de una situación de intenso miedo y suspenso uno le preguntaba al otro: “Y eso?” el otro le respondía: “Deben ser los gorilas, deben ser”.
    Esta frase surgida de un libreto de Cammarota se popularizó mucho. La repetía todo el mundo. Y cuando en la conversación política alguien inquiría sobre una situación de inquietud sobre la que se rumoreaba, era frecuente que alguien saliera con una respuesta humorística : “Deben ser los gorilas, deben ser” (porque a decir verdad todos estábamos como los exploradores de Tarzán.)
    La analogía se estableció sola. Los gorilas terminaron siendo los militares y civiles que derrocaron a Perón.

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    1. Cammarota era un genio. Los mejores monólogos de Tato eran de su pluma.

      No conocia la anécdota, muy interesante!

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  7. Sobre los términos de la política argentina.

    Los términos: “la oligarquía”, “los grasitas” y “los descamisados” eran los favoritos del discurso de Eva Perón. “Contrera” (termino típico del peronismo de aquella época) lo usaban tanto ella como él y era el modo de referirse a la oposición.

    El término cabecita negra que se refiere al descendiente del indio o mestizo de blanco e indio es anterior al peronismo. Los despectivos peronacho como comunacho son expresiones usuales en nuestro medio y sin época.

    El término oligarquía que se popularizó con el peronismo tiene para todos una fuerte connotación despectiva y ese es el uso que comúnmente se le da. Sin embargo si nos atenemos estrictamente a su etimología es el gobierno de pocos y nada más.
    En ese sentido lo usa Sebreli. En un principio me chocaba que hiciera uso de es vocablo, máxime teniendo en cuenta que muchas veces calificaba elogiosamente la acción de esa oligarquía. Finalmente entendí que Sebreli se atenía estrictamente al significado sin connotación alguna. Su objetividad me reconcilió con el término.

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    1. "Contrera" alude directamente a los opositores al régimen peronista.

      El término lo utilizaba "Mordisquito", el personaje de Enrique Santos Discépolo, en sus monólogos radiales a favor del régimen.

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  8. Louis:

    ¡¡ Gracias por postear los comments míos !!

    Yo lo estaba por hacer, pero ando cortísimo de tiempo en estos días, apenas para un comentario y postear alguna cosita mínima.

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