Michael Voslensky ("La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS", Editorial CREA S.A., 1981, Buenos Aires, impreso en España por Chimenos S.A.), tras recordar el período estalinista, decía: "…la falsificación de las estadísticas continúa bajo Kruschev; él mismo las denuncia durante el pleno del Comité central realizado en enero de 1961; sin embargo, las falsificaciones siguen hoy a la orden del día" (pág. 146). "Porque la Nomenklatura se sirve de las falsificaciones estadísticas para paliar la tendencia a la reducción de las fuerzas productivas. Contra esta reducción, de la que hemos visto que se trata de una consecuencia de la planificación, no existe más que un remedio: inventar cifras imaginarias" (pág. 146).
Pero una vez que se institucionaliza la mentira, no se limita a la economía, sino que se extiende a la historia, a la educación, en suma, al "relato" oficial. Para eso es necesario que los medios que no sean del Estado, le estén subordinados. Creo haber sido uno de los primeros que escribió sobre la ley de medios pero no fue muy leído.
No pretendo la paternidad de la advertencia, pero hace rato que dije que el gobierno no era meramente populista sino con claras tendencias totalitarias.
Ahora no se puede ahorrar en dólares u otras monedas extranjeras. Calificarlo de inconstitucional sería poco. Es dictatorial, pues prepara el camino para llamar "gusanos" a los que se quieran ir del país, o dejarles la alternativa de emigrar, pero desnudo y descalzo.
Y para colmo, el lavado colectivo de cerebros es tan grande, que hay mucha gente aparentemente culta y democrática, que lo considera razonable.
Julio
Ayer le decía a un par de conocidos "¿Se acuerdan cuando yo decía que éste era un gobierno totalitario y que lentamente nos acercábamos a Cuba y ustedes decían que yo exageraba?"
ReplyDeleteMuy seria y precautoria, su advertencia. Yo me acuerdo.
ReplyDeleteUna pena que no haya sido publicada también en medios masivos y a su vez repartida casa por casa para pegar con imanes en la puerta de la heladera.
Tal vez así, al releerla a diario y constantemente, muchos la hubieran mantenido fresca en la memoria.
Lo curioso -y preocupante- es que en general el argentino tiene amnesia selectiva, por lo tanto elige olvidarse de lo que le resulta difícil de asimilar y acordarse de lo que le conviene o sólo de lo que le agrada.
Creo, en definitiva, y no por apuro sino porque me parece (dentro de mi simpleza e ignorancia), que a los argentinos lo que no les interesa es crecer.
Prefieren mantenerse así, como niños cuyos padres hacen, eligen y deciden por ellos. En una muy cómoda forma de pasar de manos la responsabilidad, por tratarse de algo que no es placentero, y no hacerse cargo. De las acciones, de las consecuencias, de los resultados.
Obviamente que no todos son así. Pero al tratarse de una especie de forma colectiva de Síndrome de Peter Pan, sólo los que eligieron crecer, desarrollarse y ser personas exitosas sobrepasarán a los "adolescentes" y los dejarán atrás.
Y los que eligieron ser gobierno, a esos "imberbes", los subyugarán y aprovecharán.
Fiura, le rcomiendo la lectura de "La Sociedad que no quiere crecer" de Sergio Sinay, enfocada más en el plano de las relaciones sociales y de familia que en el político, aunque este aspecto va ocupando solo el inconsciente del lector.
DeleteHabré de conseguirlo.
DeleteMuchas gracias, Martin R :)