Entre las sorpresitas que van a aparecer cuando se sinceren las estadísticas e indicadores oficiales - que se vienen manipulando por lo menos desde 2007 - va a estar la de la deuda pública del país. Como pasó cuando Menem asumió la presidencia ante la renuncia de Alfonsín, pegará un salto considerable cuando se blanquee la situación.
Una vez más, en la mente de millones de argentinos quedará grabado a fuego que el nivel de endeudamiento aumentó recién cuando los Kirchner dejaron el poder.
En economías todo es posible, menos dejar de pagar las consecuencias. El problema es que los tiempos de la política y los de la economía son distintos. Los beneficios los cosechan los que ponen en práctica las medidas populistas, los costos le quedan a los que vienen después.
Certero.
ReplyDeleteAsí andamos por España también.