Sin remontarnos hasta el fondo de los tiempos, este odio es el mismo que me contaron mis padres que tuvieron que sufrir durante los primeros gobiernos del peronismo*. Familias divididas, amigos de repente enemistados… la delación, el silencio humillante, el escrache, la violencia en el aire.
Una anécdota familiar de aquellos años: venían un día mis dos tíos saliendo de un comité radical del pueblo donde vivían y una horda de peronistas calzados con cuchillas y palos los empezó a perseguir. Corrieron unas cuadras y alcanzaron justo a refugiarse en el local de un pequeño comercio que tenían. La horda los hostigó por media hora gritando “contreras hdp” “viva Perón, carajo” “radicales de m…” (Sí, esos mismos que ahora son c… y calzón) y con palos tratando de forzar la persiana y las chapas del techo. Apareció uno con un bidón nafta y… bueno, los pueblos chicos tenían eso: uno de ellos, que los conocía de siempre, empezó a recular y a tratar de calmar la cosa. Y por un milagro… salvaron el pellejo. Les tocó vivir esto tan solo por el “delito” de ser opositores.
¿Cómo no entender la felicidad que sintieron en el ’55 cuando unos cuantos vecinos se juntaron en la plaza para arrancar del pedestal el busto del tirano, lo ataron con una soga a un auto y lo llevaron arrastrando por las calles del pueblo hasta el cementerio?
¿Y cómo no entender la tristeza de que tantas décadas después, todo vuelva a ser igual?
Sólo con una condición: ser un feliz y masificado sociópata.
*Para que me entiendan los más chicos, o los “amnésicos”, utilizo una forma ‘políticamente correcta’ para referirme a ellos: recuerdo cuando con justicia y sana descripción se los denominaba “La 2da. Tiranía” en referencia a la “La 1ra. Tiranía”, la de Rosas.
Gus VF
(Viene de acá)
Peronismo: El gobierno de la turba descontrolada.
ReplyDeleteNo podías haberlo ilustrado mejor, me hiciste lagrimear, Louis. Gracias! Ahí están mis padres y mis tíos –entre extrañados y preocupados- y el inexplicable monstruo de la fiesta.
ReplyDeleteNo duden, lo que les cuento sucedió y nunca fue noticia ni fue recordado salvo por mi propia familia, casi en secreto. Si este fuera un país normal, quizás una placa recordaría aquella salvajada.
Pero no. Por aquel lugar –que todavía existe- siguen transitando, ignorantes, los clientes de Perón.
Gus, mi familia tenía varias anécdotas por el estilo, no tan terribles como la de este post. Fue una época de las más tremendas del país.
DeleteUna época??? Mi abuelo materno (nacido en 1899) era socialsta y en los años 20 tuvo un incidente en el pueblo de la pampa donde vivía.
ReplyDeleteLos Radicales le mandaron un coso para que lo apretara por andar jodiendo con denuncias contra no me acuerdo quién.
El tema es que como el pueblo era chico, mi abuelo al recibir el primer golpe, se da vuelta y reconoce al atacante, entonces le grita ¡¿Qué hace usted?! y el matón se asusta y se va.
Para colmo se le ocurre ir a la comisaría para hacer la denuncia todo ensangrentado y dice que el comisario fue el primero que se sorprendió al verlo llegar. Esto porque el comisario estaba entongado con la gente que le mandó el tipo.
Años después renunció a su puesto de director de escuelas, para que no lo obligaran a usar el escudo peronista.
Rosistas, radicales, peronistas, kirchneristas... MAFIOSOS!!!
Tal cual, son todos la misma mierda.
DeleteBueno, a mi viejo lo metieron preso por hablar mal del gobierno peronista en un viaje de Mendoza a San Juan allá por el 51' iban por un casamiento y durante el viaje comentaron el mal estado de la ruta y que el gobierno no hacía nada para arreglarla una vieja los dela tó a la policía al llegar a la terminal y los detuvieron,al año siguiente cuando se murió Eva Perón mi viejo trabajaba en la Compañía de Teléfonos y debía ir con corbata negra por luto obligatorio, obviamente fue con una corbata roja y lo echaron después lo metieron de nuevo en cana por quemar un cartel de Eva Perón en la vía pública. Obviamente en el 55 cuando estaba estudiando en Córdoba fue uno de los revolucionarios de Septiembre.
ReplyDeleteOjalá yo tuviera parientes tan ilustres como su padre.
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