El día que los negros norteamericanos despierten. Ese día...
A Barack Obama le van a votar todos los negros, adelantan las encuestas. Sí, bueno, normal, lo lógico.
Pues no. No es bueno, no es normal, no es lógico.
No es bueno que, en una democracia liberal como la norteamericana, los negros voten por un candidato por el mero hecho de que sea negro. No es bueno, no. Es, de hecho, muy malo.
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"El primer presidente afroamericano de la nación no ha hecho mucho por los afroamericanos", sentencia David J. Lynch justo antes de presentar esos datos. Sí, sí ha hecho. Mucho. Pero malo. Muy malo. O, efectivamente, ha dejado de hacer. Pésimo. Por lo que los negros siguen lidiando con los mismos problemas: pobreza, criminalidad pavorosa, fracaso escolar (representan el 17% del alumnado... pero el 42% del de las peores escuelas del país, según recordó Mitt Romney en su extraordinario discurso ante la Asociación para el Avance de las Personas de Color)... Con Obama, según parece, los negros han pasado de vivir en Guatemala a hacerlo en Guatepeor.
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"No, Sr. Obama, el Obamacare castigará a los negros y a los hispanos", le ha respondido Merrill Matthews en un artículo demoledor. Los negros (y los hispanos), "desproporcionadamente perjudicados por sus fracasadas políticas económicas", se verán condenados al pésimo Medicaid, y el encarecimiento del factor trabajo (como consecuencia de la obligación que tienen las empresas con cincuenta o más empleados de asegurar a sus trabajadores) los hará sufrir aún más los embates del paro.
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Los negros que pretendan afirmarse en la ortodoxia demócrata harían bien en escuchar a sus herejes. O sea, a los que acusan a Obama de no haber cumplido las expectativas depositadas en él; de no hacer más por los negros que otros presidentes demócratas –¡incuso de hacer menos!–; de no ser "necesariamente conocido por su lealtad". Tienen mucho que decir. Y sustancioso.
Pero harían aún mejor en atender a los blasfemos, a los infieles que niegan que Obama sea Dios, ni siquiera su Profeta. Negros brillantísimos como el ya citado Walter Williams, como Larry Elder, como Thomas Sowell. Que sueñan y encarnan el Sueño Americano y no la pesadilla de Barack Obama sénior, padre del hijo, campeón del tercermundismo resentido.
Se enteraron del pin que vendían en la convención demócrata?
ReplyDelete"Once you vote black, you never go back".
http://www.thegatewaypundit.com/2012/09/dnc-delegates-wear-vote-black-buttons-on-floor-of-convention/
Imagínense por un segundo un pin republicano que diga "vote white". Todavía lo están colgando a Romney.
Pero bueno, estas cosas pasan de largo porque se trata del racismo bueno.