Más allá de lo incomprensible que me resulta que alguien voluntariamente destine sus ahorros en dólares a comprar bonos del Chaco

Estas barbaridades sirven para reafirmar aquello de que los argentinos son una manga de ladrones, estafadores y mentirosos seriales. Ustedes me dirán que no es la gente de a pie sino sus representantes. Y yo les pregunto si no les llama la atención tanta mala suerte con los candidatos que eligen:

Es decir, el gobernador de la provincia del Chaco, en lugar de defender a los tenedores de sus bonos, actuando contra el Banco Central y sus arbitrariedades, de dudosa legalidad y constitucionalidad (ni que hablar de la ofensa al federalismo), prefirió estafarlos, no sólo por la pesificación, sino por la caída del precio de lo que todavía falta cobrar. En lugar de pedir al menos disculpas a sus acreedores, les sugirió a sus colegas gobernadores que hicieran lo mismo que él, que los estafaran. Pero al no defender la reputación crediticia de la provincia, Capitanich acaba de condenar a los ciudadanos y ciudadanas chaqueños, a sus votantes, y a los que no lo votaron, a tener “deudas” en lugar de “crédito”. Si la provincia del Chaco necesitara financiarse en el futuro, la tasa de interés que deberá pagar por esa deuda será superior a la que hubiera pagado si hubiera tenido crédito. Y esa mayor tasa, equivale a un impuesto que pagarán los chaqueños, porque no tuvieron el cuidado de intentar, al menos, cumplir con las obligaciones, como la provincia lo tenía pactado.