Estas son las cosas que me preocupan de EEUU. Hace unos días leí que un adolescente está condenado a 10 años de cárcel en el estado de Georgia porque cuando tenía 17 años, durante la fiesta de graduación, recibió sexo oral de una compañera de 15 (iba a decir “le sopló la quena”, pero no es muy fino que digamos). Todo lo anterior a pesar de que quedó establecido de que se trató de un acto absolutamente voluntario. Más allá de que estemos más o menos de acuerdo con el sexo entre los adolescentes, me parece un despropósito absoluto.
Elena manda este artículo sobre las condenas delirantes que proliferan en algunas cortes de EEUU. El gobierno de Harper en Canadá propone implementar un sistema de “Three strikes and you are out” como el de EEUU, pero limitado sólo a los delitos violentos. Creo que en algún momento debería pasar lo mismo en ese país:
Más de dos años de prisión por haber dado cerveza a su hijo, diez años por haber aceptado una felación, 25 años por haber comprado muchos calmantes, 50 años por haber robado unos videocasetes.... Las condenas delirantes parecen moneda corriente en los tribunales de Estados Unidos.
Para luchar contra el crimen, políticos locales y nacionales compiten en proponer mano dura, multiplicando las penas mínimas en casos de narcotráfico, agresión a niños, reincidencia o amenaza a las buenas costumbres, incluso corriendo el riesgo de caer en sonoros excesos. El 11 de junio, el matrimonio formado Elisa Kelly y George Robinson comenzaron a purgar en una prisión del Estado de Virginia la pena de dos años y tres meses de cárcel por haber servido cerveza y vino durante el cumpleaños de su hijo Ryan, de 16 años.
Temiendo que los jóvenes bebieran a escondidas, prefirieron comprar ellos mismos las bebidas y supervisar la fiesta. La policía intervino. A los 16 años, en Virginia se puede conducir, votar y comprar un arma; a los 18, alistarse en el Ejército. Pero no beber alcohol antes de los 21 años.
En el sureño Estado de Georgia, el joven de 21 años Genarlow Wilson cumple desde 2005 una pena de diez años de cárcel por agresión sexual infantil. Cuando tenía 17, aceptó que una compañera de instituto de 15 le hiciera una felación durante una animada fiesta. Un juez ordenó su liberación el pasado día 11, pero el fiscal apeló: en Georgia, diez años de cárcel es la pena mínima para este tipo de agresiones.
Para evitar esas barbaridades, son buenas las dosis -claro que homeopáticas- de Zaffaroni. En esa materia es un liberal, aunque desde el punto de vista económico, es anticapitalista y especialmente envenenado contra Estados Unidos.
ReplyDeletePor favor, Zaffaroni no. Con un poco de sentido común alcanza.
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