Hace unos días leí un artículo muy interesante en el diario local relacionado con lo que comentaba sobre la votación del último presupuesto de la provincia.
El autor destaca el hecho de que hay encuestas que muestran que aproximadamente el 70% de los habitantes de la provincia se oponen a la muy tímida propuesta de rebaja de impuestos. Su tesis es que no es para nada sorprendente que sea así. En Québec, el 40% de los contribuyentes no pagan impuestos a las ganancias (se trata de más de dos millones sobre un total de un poco más de cinco millones). No porque lo evadan, como en la Argentina, sino porque sus ingresos están por debajo del mínimo legal. En otras palabras, no pagan impuestos a las ganancias porque son demasiado pobres.
El autor repite básicamente lo mismo que Alain Dubuc. La provincia corre el riesgo cierto de “tercermundizarse” y caer en una trampa clientelista muy peligrosa. Si una persona no paga ninguno de los costos de los programas sociales y en cambio recibe todos sus beneficios, no existen incentivos para cambiar el esquema. Como en países como Argentina, tenemos un alto porcentaje de la población que vive a expensas de los demás.
En la Argentina, más allá de las encuestas compradas y de los medios controlados por el estado, hay amplios sectores que se sienten representados como nunca por la Argentina post golpe de 2001. En el caso de la enorme masa de millones de pobres e indigentes que dependen del clientelismo político para sobrevivir mes a mes es comprensible que sea así. Después de todo se trata de llenar el estomago, y todos sabemos que un estomago vacío no es el mejor consejero para emitir el voto.
Pero como ya dije varias veces por acá, es muy llamativa la adhesión con un muy importante componente emocional de gran parte de la clase media urbana, principal sostén en su momento del gobierno de la Alianza y ahora de este, la reedición del modelo populista clásico latinoamericano. En este caso, el apoyo es mucho más difícil de entender. Es la misma clase media que se da de sofisticada e intelectual y que votó dos veces a un personaje nefasto como Ibarra como intendente del distrito de mayores ingresos del país.
Del Profesor Julio por mail:
ReplyDeleteNo sé qué pasa, pero el blogger no registra mis comentarios. Te envío uno respecto de "Tercermundismo":
Esa clase media urbana porteña, que se cree intelectual porque de vez en cuando lee algún libro progre idiota, es la gran responsable de gran parte de nuestras desgracias. No puedo reprochar demasiado a un pobre que vive de planes sociales o con un empleo público, y no paga impuestos directos, que sea un cliente electoral cautivo. Pero el electorado del gobierno actual es el mismo del de la Alianza, que fue un engendro típicamente porteño.
100% de acuerdo, Julio, lo vengo diciendo desde hace rato por el blog. Yo insisto con que se trata de una cuestión mucho más emocional que racional. La necesidad casi patológica que tenemos como sociedad de demostrar que nuestros fracasos no son producto de nuestra incapacidad sino de los demás, conspiraciones internacionales, la “teoría de la dependencia”, los vendepatrias, etc. Tema muy complicado.
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