Sep 15, 2007

Futuro promisorio

Los analistas políticos coinciden en que los dos candidatos de la oposición con más chances son el ex ministro Lasaña y la ex gorda Carrió.

Tanto Lasaña, el responsable del actual "modelo”, como Carrió representan, en el mejor de los casos, versiones marginalmente menos esquizoides de la Argentina de Kirchner.

Carrió ya anunció que, de ganar las elecciones, su ministro de economía será Dios secundado por Alfonsito Prat Gay, el otrora pichón de Gonzalez Fraga y presidente del Banco Central durante el gobierno de Duhalde. Por lo que leo, su plan económico consiste en la continuidad del modelo actual de comerse el capital y sustituir importaciones.

Para sentarse a llorar.

8 comments:

  1. ¿Comerse el capital y sustituir importaciones no son cosas incompatibles?

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  2. ¿Por qué, Claude? No entiendo. Mira, por ejemplo, lo que dice Enrique Szewach:

    En efecto, la política económica de estos años K también se parece al «gol con la mano» de Maradona. Mucha mística, mucho marketing y mucha suerte de que no lo anularan. Fue una política económica basada fundamentalmente en resultados. Tipo de cambio real alto para incentivar exportaciones y sustituir importaciones.

    El shock inflacionario «heredado» de las estafas de Duhalde para licuar salarios y jubilaciones y partir de un elevado superávit fiscal en las provincias. La alta capacidad ociosa y el superdesempleo que permitió incentivar la demanda, ajustando más por «cantidades» que por «precios».

    Extraordinario escenario internacional tanto en materia de commodities, como de tasas de interés y liquidez. Sobreinversión en infraestructura en los 90, etcétera. Fue una etapa en donde las dudas, los temores, el escepticismo se disiparon con rentabilidades extraordinarias, crecimiento del empleo y, por lo tanto, de los ingresos familiares, recuperación del crédito y, en estos últimos tiempos, crecimiento fuerte del salario real, pese a una peligrosa aceleración inflacionaria.

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  3. Me refería a que si se come el capital ¿con qué se sustituyen las importaciones?
    No soy un entendido en el asunto, pero me parece que sustituir importaciones no tiene tanto que ver con el tipo de cambio como con la recepción de capitales, su radicación en el país y ciertas reformas laborales e impositivas que les dan suficiente rentabilidad para producir a precios competitivos.
    El tipo de cambio alto que mantiene Néstor es para la recaudación, el superávit, el gasto político. Creo que a Néstor no le importa mucho si producimos más o no, total él tiene las retenciones y el impuesto al cheque.

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  4. aunque haya un 20% de inflacion no se debe olvidar que se crece a tasas chinas. Por lo cual no hay que cambiar el motor que funciona y bien. solo hacer chapa y pintura...

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  5. Anónimo, ¿en qué quedamos, la inflación es del 20% o la que te cuenta el Indek? En lugar de seguir repitiendo como loro lo que dicen los Fernández deberías leer un poquito más. Si lo hicieras te enterarías, por ejemplo, que toda la región crece a “tasas chinas”, incluidos estados fallidos como Haití, con un 5% el año pasado.

    Tanto Brasil como Uruguay crecen a tasas similares a las argentinas pero lo hacen sin inflación y con tasas de inversión muy superiores.

    Lamento ser yo el que te lo diga pero la inflación alta es central a este “modelo”.

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  6. sustitución de importaciones. Una estrategia, seguida en Latinoamérica y otras áreas en desarrollo a partir de los años de postguerra, que perseguía como objetivo la industrialización. Se pensaba que, estableciendo fuertes barreras a la importación y promoviendo las inversiones, podría protegerse a la débil industria local para que ésta abasteciese al mercado interno; entretanto se ahorrarían las divisas necesarias para mejorar la balanza de pagos y se reducirían los lazos de dependencia. La primera etapa consistía en sustituir los bienes de consumo masivo de menos complejidad tecnológica, para pasar luego a los de mayor complejidad y -finalmente- a los bienes de capital. La sustitución de importaciones consideraba a la industria como la clave del desarrollo económico y propiciaba lo que se denominó como "nacionalismo económico".

    Después de más de tres décadas de aplicación, los resultados de la política de sustitución de importaciones pueden considerarse en general como negativos: las balanzas de pagos no mejoraron, porque si bien se redujo la importación de bienes de consumo final aumentó, en contrapartida, la de materias primas y bienes de capital; las industrias que crecieron bajo tan fuerte protección se retrasaron tecnológicamente, en tanto que la estrechez de los mercados locales impuso un límite estricto a los volúmenes de producción, dando por resultado una escasa productividad y costos más altos que en el mercado mundial; la exportación de bienes manufacturados, en consecuencia, resultó muy escasa, y el consumidor local se perjudicó al tener que consumir mercancías más caras y de menor calidad.
    En los últimos años casi todos los países en desarrollo han ido abandonando esta estrategia, aunque la presión de las industrias ya establecidas ha retardado la liberación comercial que es necesaria para estimular las exportaciones y reducir los costos de las mercancías que abastecen el mercado local.

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