Más de Juan de los Palotes sobre la destrucción de la industria lechera:
¡Estos tipos no van a parar hasta que tengamos que importar leche de Uruguay y Brasil!
La verdad es que ya no tengo fuerza ni para hacer chistes.
¿Qué hacemos para impedir que sigan destruyendo el país?
En serio, al lado de esto, la corrupción galopante me parece hasta anecdótica. El verdadero problema no es ese, sino la estupidez (y la soberbia) de estos tipos.
Al respecto, un profesor de la facultad nos decía siempre que lo más terrible que le puede pasar a una persona, o a una sociedad, es tener que soportar a un "necio con poder".
Para ejemplificar aquella sentencia, nos contaba el siguiente relato:
Caminaba un día un viejo sabio por el campo, y de pronto comenzó a ver una gran cantidad de gente, que venía corriendo en dirección contraria a la suya.
Al cruzarse con ellos, esta gente intenta alertarlo, y le implora que dé media vuelta y los siga, si es posible corriendo.
- Pero, ¿qué pasa? ¿De qué están huyendo?, les pregunta el sabio.
- Hemos abandonado nuestra aldea, pues allí se ha desatado un feroz terremoto, hay hambrientas fieras salvajes en las calles, todas las construcciones están siendo consumidas por el fuego, hay una epidemia incontrolable de tifus, miles de langostas están destruyendo nuestras cosechas, y el volcán cercano está a punto de entrar en erupción. ¡Venga con nosotros!
Sin embargo, y luego de escucharlos atentamente, el viejo sigue caminando tranquilamente en la dirección de la que esa gente huía.
Conforme se va a cruzando con todo el grupo de gente, las personas siguen tratando de convencerlo:
- ¡Se lo advertimos por última vez! ¡Acompáñenos! ¡Caminar hacia allí es un suicidio!, intentan conmoverlo.
Pero nada. El viejo sigue.
Finalmente, y cuando el grueso de la gente ya lo ha dejado atrás, a un niño se le ocurre preguntarle:
- ¿No estará Ud. huyendo también de algo, no? ¿Qué es lo que hay allí donde nosotros vamos?
- ¡Quienes deberían seguirme son Uds. a mí! Lo que hay allí es... ¡un necio con poder!
Juan, la Argentina ha vuelto a una dinámica muy complicada. Este tipo de políticas prácticamente te garantizan el fracaso. El fracaso a su vez genera una enorme frustración que te vuelve a hacer caer en este tipo de locuras.
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