El Opinador Compulsivo

Anoche me maté de risa con Rudy Giuliani. Muy, muy bueno. Escuché a Palin un buen rato y después me fui a dormir. Se hizo tarde. Me gustó también. Me gustó ver a toda su familia.

Insisto, a pesar de lo que creen muchos lectores, no soy un portavoz del Partido Republicano. Sigo creyendo que McCain no era la mejor opción como candidato dentro del partido. No comparto muchas de sus propuestas, especialmente en lo referido a cuestiones ambientales y energía. Pero, al lado de Obama, el Lionel Richie negro, McCain es Ronald Reagan encarnado.

No entiendo por qué para tanta gente las expectativas son diferentes según se trate de demócratas o republicanos. A los republicanos se les reprocha actuar como los políticos que son. Pareciera que en su caso estar en campaña es un pecado mortal.

El contraste es muy marcado con el partido del burrito. Lo demócratas son incapaces de caer en una actividad tan soez como hacer campaña política por su partido. No señor. Ellos trabajan por el país. Y, como sencillamente no tienen propuestas ni principios, lo importante es la retórica, el verso, la sanata, la labia, los golpes de efecto, la parla. Pero, aparentemente gran parte del público parece estar demandando justo eso. Basta de realidades, queremos fantasías.

Es triste. Los organizadores de campaña de Obama, están convencidos de que han generado algo espectacularmente novedoso, nunca visto en la historia política. Se los digo desde ya, no sin vergüenza ajena. Muchas de las “frases matadoras” de Don Barack son las mismas que usábamos en la facultad para tratar de levantar minitas del “Humanismo” e “Izquierda Unida” en Filosofía y Letras.