Cruzando la cordillera

Yo creo que para destruir un país no hace falta caer en extremos grotescos como Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia o Kirchner en Argentina. Sólo falta ir socavando de a poco el derecho de propiedad, el respeto por la ley y los contratos y el valor de la moneda.

Gracias a un comentario de Andrés llego a esta editorial del diario El Mercurio de Chile. Después de un poco más de dos décadas de reformas pro mercado y racionalidad económica, aparentemente la coalición de izquierda en el poder se pregunta si existe realmente un sustento popular por las políticas que convirtieron a Chile en el país más próspero de la región.

Yo creo que no pueden con el genio. La tentación populista es demasiado grande. Si se dan con el gusto en Venezuela, Bolivia, Argentina y Ecuador, ¿por qué no en Chile?

Lo más sorprendente es el resultado de algunas encuestas, que dan por tierra con aquello de que el chileno promedio es tan populista y clientelista como el resto de los latinoamericanos pero tiene gobiernos más racionales.

¿Se imagina el resultado que se obtendría en una encuesta similar Argentina?

Una mejor perspectiva de la posición de la población en asuntos económicos y sociales se obtiene al observar hacia dónde se inclina frente a opciones concretas que directa o indirectamente son parte del debate en torno al modelo de desarrollo elegido por Chile. La última encuesta del CEP entrega evidencia de interés. Por ejemplo, la población aprueba premiar el esfuerzo individual, aunque se produzcan importantes diferencias de ingreso, antes que lograr ingresos más iguales, si eso supone no premiar el esfuerzo individual. Además, es mayoritaria la proporción que cree que la principal responsabilidad por el sustento económico está en las personas mismas y no en el Estado. En otro ámbito, los entrevistados con hijos prefieren con claridad un colegio particular subvencionado a uno municipal.