Hablando del tema, durante los Malditos 90, cuando estábamos mal y no teníamos Dignidad, empezaron a pagar a los empleados de la provincia y municipalidad por depósito directo a cuenta bancaria. Decenas de miles de personas literalmente por primera vez en su vida tenían acceso a productos bancarios como una cuenta, tarjeta de débito y red de cajeros automáticos. No se dan una idea de las cosas que decían, muchos reaccionaba como si le hubieran insultado a la madre.
¿Qué pasó? En lugar de ir a hacer 3 horas de cola en una caja del banco de la provincia (que había sido privatizado) como antes, el día que depositaban los sueldos decenas de miles de empleados hacían cola frente a los cajeros automáticos para sacar 100% del sueldo de una vez.
Me acuerdo de habérselo comentado a algunos conocidos. La idea del pago por depósito directo es tener la libertad de disponer de la plata en cualquier momento, sin necesidad de ir al banco a hacer cola. Pero era total y absolutamente al cuesco. Para la gran mayoría, que les paguen el sueldo y no tener la plata en el bolsillo o en un cajón de la mesa de luz era como si no les hubieran pagado.
Porque, no nos engañemos, la tecnología va y viene, lo más difícil de cambiar en una sociedad es la mentalidad. Cada cajero Banelco o Link costaba una fortuna (creo que unos 10 mil dólares los modelos más baratos), pero para los empleados públicos el concepto seguía siendo el mismo, sólo había cambiado el método: hacer cola para retirar el sueldo, no importa si en lugar de un empleado del banco se los entregaba una máquina.
¿Este era el país donde se recargaban los encendedores descartables?
ReplyDeleteNo si... Hay antecedentes y consecuencias de ser pelotudos.
Pruebas al canto.
Un país con una profunda conciencia ambiental. El reciclado ante todo.
ReplyDeleteEso es lo mismo que hacen los jubilados.
ReplyDeletePueden usar las tarjetas para comprar en los supermercados, en las farmacias y en muchos otros lugares, pero quieren la plata en la mano.
Esto proviene también de la enorme desconfianza de la gente para con el sistema bancario (fundada hasta cierto punto).
Es que los bancos están muy controlados por el estado, y nadie confía en el estado.