Parece mentira, tuvieron que pasar 7 años para que los sesudos analistas de La Nación, el diario serio nacional y popular, se dieran cuenta de que la merda es merda, por más que te la vendan en frasco de dulce de leche.
Lo más preocupante de todo es que, en realidad, Kirchner no tuvo necesidad de imponer demasiado. Gran parte de lo que hizo lo logró con el apoyo entusiasta de una amplia mayoría de argentinos, que hasta hace unos dos años se sentían representados como nunca con ese “modelo” de país:
Pero hay también un segundo modelo K, mucho más peligroso aún, que no se predicó, sino que se construyó desde el silencio. Es más audaz que el primero, de declamado contenido económico. Se trata del modelo de naturaleza política que se nos procura imponer.
En realidad nadie se dió cuenta de nada, nadie aprendió realmente nada de este gobierno. Eso es lo mas lamentable. Las críticas que se le hacen desde innumerables sectores es, penosamente, un modismo, una nueva costumbre argentina. Todos critican con razon, pero nadie, al menos en la arena política de este país, realmente comprende cual es el camino o al menos la dirección que se debería tomar.
ReplyDeleteEs el populismo que se queda sin caja. Lo que falla es la implementación, no el “modelo”.
ReplyDeleteLo que hay hoy es esa furia ciega del que confió sin saber por qué (o con "reservas morales") y ahora busca una compensación.
ReplyDeleteEn consecuencia la oferta electoral que viene estará compuesta por paladines de la venganza. Hago énfasis en que esto es lo que se demanda, si se presentara un Lopez Murphy sacaría otra vez un 1%.
Una vueltita más.