Motivado por este post voy a tocar un tema que siempre me fascina, cuál es el efecto del poder en la gente, y como se disfraza o confunde. Quizas es un tema profundamente entrelazado con la realización humana y grados diferentes de egoísmo.
De haber vivído y andado por el interior conocí varias comunidades aisladas, indigenas y criollas, con personajes muy diversos, pero las figuras de autoridad de esas comunidades son muy especiales. El Cura, el Maestro, el Gendarme, son todas personas con un aura de peso, de superioridad.
En algunas de estas figuras se nota claramente la validación personal a través del rol, a un punto casi obsceno al mejor estilo García Marquez, como el Gendarme, y en otras, especialmente las del Maestro o el Cura, o la Monjita amante de los abandonados, hay mucho más sacrificio y motivos más elevados.
Yo personalmente creo que todos están en ese lugar por el poder que les dá. Para hacer lo que quieran, sea esto bueno o malo, sublime o grotesco, pero yo creo que no deja de existir una motivación egoísta. Por el simple hecho de que no existen motivaciones de otro tipo. Todas son egoístas, todas hacen sentir realizado al que las satisface.
El problema de estas motivaciones es que en la cabeza de este Mesías se mezclan con aparentes imperativos, culpas y complejos, al punto de consolidarse en una impresión de misión que no contempla de ninguna manera la componente egoísta de la acción (que es toda en mi opinión). El mesías se cree legitimado por su misión, que es ajena, le es impuesta. No hace demasiado asunto de que casualmente la misión coincida con lo que básicamente él quería hacer en primer lugar.
Cual es la gravedad de este enfoque nebuloso de la realidad por parte de los aspirantes a salvadores? Que si uno es claro consigo mismo y admite la cara egoísta de sus acciones, si esta cara se desfigurara demasiado uno la reconoce fácilmente. En cambio cuando se niega el egoísmo en las propias acciones, la abnegación absoluta que es una mentira puede ir reformándose cada vez más para satisfacer mezquindades del Mesías sin que este u otro se atreva a cuestionarlas.
El ejemplo paradigmático de todo esto para mí es el Che Guevara, que hizo una gran ensalada de lo que quería, sus pulsiones suicidas, su desprecio por la humanidad y su caracter histriónico y armó un producto super atractivo pero venenoso.
La gente más honesta del mundo es la que acepta su egoísmo. Personalmente creo que el poder sobre los demás es bueno, es una herramienta de realización. Aceptar la busqueda de poder en uno mismo es como aceptar el egoísmo, es positivo y honesto, es una pulsión natural. Qué se hace con él es otra cosa, puede usarse para ayudar o para dañar, pero cualquiera que dice no desear poder o actuar 100% desinteresadamente es generalmente un negador o un mentiroso. En la Argentina actual es una gran persona.
Hay mucho de lo que dices, creo yo. Pero también están los que se preocupan genuinamente por la situación de los pobres, desposeídos, menesterosos, o como quieran decirles. No sé si por sentimiento de culpa, vocación de servicio o pura y simple caridad cristiana (o su equivalente en otras religiones).
ReplyDeleteLouis, no es eso lo que quice decir. Para mi todas las preocupaciones son egoistas, en tanto que todas son motivos para sentirse mejor. Ser generoso no lo sos para sentirte mal. Lo bueno es aceptar que lo haces porque vos queres, porque te hace feliz, no porque es tu obligación. El que es generoso se hace feliz con el poder de hacer el bien. Cuando no se reconoce que uno hace lo que quiere porque quiere el generoso se hace la victima y muchas veces disfraza cosas que no son tan generosas, como el poder de maltratar a sus iguales por ser "una victima de su generosidad".
ReplyDeleteEstoy muy de acuerdo con el análisis. Es más, creo que en esta época de planteos políticos de izquierda basados en el hipermoralismo que es una visión falsa por lo superficial y frívola (no resiste planteos a fondo) este tipo de discusiones y reflexiones como la tuya deberían ser más frecuente.
ReplyDeleteLa motivación individual está siempre basada en el egoísmo es decir en la satisfacción de impulsos individuales. El planteo moral de Hume es a mi juicio uno de los más claros y sensatos. No nos mueve la razón en nuestras acciones sino los sentimientos. La razón nos puede esclarecer el asunto, nos guía además en la acción pero no es la motivación última. Nuestros sentimientos son lo único que puede impulsarnos , la razon no nos mueve, según Hume. Si soy generoso o tengo actos de generosidad es por la satisfacción que ellos me producen. Sencillamente; hago eso porque me hace sentirme bien.
Y yo agregaría coincidiendo con tu visión, el orgullo que me produce la satisfacción de dar es algo perfectamente natural.
Desgraciadamente con el tema moral existe una confusión que lo convierte en una nebulosa total. Esto finalmente conduce aparte de una hipocresía generalizada sobre estos asuntos a pseudoplanteos o planteos erróneos como lo es hoy el tema indigenista (que se ha puesto de moda) o la errónea visión sobre el Che Guevara que vos citás. En ambos planteos me parece muy lúcida la visión de Juan José Sebreli. (Ver el Asedio a la Modernidad y Comediante y Mártires en la Historia Argentina)
El tema de la hipertrofia moral es hoy un tema central al que no se puede rehuír porque resulta en última instancia paralizante de nuestra acción y destructivo de todas nuestras instituciones