Pienso, recuerdo...¿se acuerdan de la Agrupación 501? Aquella que promovía que para el día de las elecciones (si mal no recuerdo, era para la reelección del Charlo), los argentos se rajasen a 501 kilómetros de su lugar de votación, cosa de exceptuarse de la obligación del sufragio. Hubo una cofradía de boludos, alentada por algunos medios y 'referentes', que desde Capital y el GBA se encaminaron a Tandil y más al sur, como para 'joder al sistema'; no recuerdo que desde algún otro lugar le hayan dado calce a la propuesta, pero en esos momentos fue -para uno que otro 'analista de la realidad'- una 'agradable insolencia' en la aridez del paisaje cívico de entonces. Me pregunto qué fue de esa gentuza; si alguno volvió del 501 o siguió alejándose de la realidad. A lo mejor algunos de ellos simpatizan hoy con el proyecto nacional y popular; o bien denuncian a quienes pretenden llevarse nuestras riquezas. Pero visto el panorama, y sobre todo lo que se viene, la gran mayoría no se va a calentar por exigir o proponer algún mejor candidato que estos dos patanes. Entonces, me temo que van a aparecer otra vez estos clásicos escapismos del nihilismo criollo, como los del 501: negar la posibilidad de depurar el sistema con el voto; justamente cuando lo que necesitamos hoy es ponernos de una vez por todas los pantalones largos.
Ojo que Duhalde es un "piloto de tormentas", y si depositás un dólar no te hagas problema porque vas a recibir 1 dólar, puesto que los argentinos estamos "condenados al éxito".
Duhalde es "El Gran Escafandrista", piloto de barco que te lo convierte en submarino y te lleva a las profundidades abisales.
Francisco, hoy, la verdad, no se puede hacer nada con el voto, los candidatos que apelan a un mínimo de racionalidad obtienen un puñado de votos, como López Murphy en 2007.
El cambio no va a venir por ese lado. Va a venir, si es que viene, dentro de mucho, mucho, mucho tiempo cuando haya fracasado la receta populista corporativista caudillesca tantas veces que hasta los necios argentinos sean capaces de advertirlo.
La política argentina expresa sin escalas lo que el argentino medio piensa y quiere, Louis. La nuestra es una cultura política sorprendentemente democrática en ese sentido. Estoy de acuerdo con Blogovido, hay que cambiar el concenso social en respecto al concenso de mínima -como te gusta llamarlo- necesario para que argentina tenga alguna posibilidad de desarrollarse en forma sostenida. Eso lleva bastante tiempo. Argentina no es un país aristocrático como Chile.
No lo discuto. En el orden conservador botana es bastante claro respecto a cómo la elite gobernante pudo crear un sistema político más allá de la opinión de la mayoría, pero también te cuenta que pasado un tiempo ese régimen sufrió una crisis de legitimidad y dejó de ser viable a partir de la toma de conciencia política de los descendientes de inmigrantes y un mayor deseo de participación popular en la vida política. Simplemente no creo que se pueda cambiar eso.
No sé quién gana, pero nosotros no vamos a la mierda.
ReplyDeletePienso, recuerdo...¿se acuerdan de la Agrupación 501? Aquella que promovía que para el día de las elecciones (si mal no recuerdo, era para la reelección del Charlo), los argentos se rajasen a 501 kilómetros de su lugar de votación, cosa de exceptuarse de la obligación del sufragio. Hubo una cofradía de boludos, alentada por algunos medios y 'referentes', que desde Capital y el GBA se encaminaron a Tandil y más al sur, como para 'joder al sistema'; no recuerdo que desde algún otro lugar le hayan dado calce a la propuesta, pero en esos momentos fue -para uno que otro 'analista de la realidad'- una 'agradable insolencia' en la aridez del paisaje cívico de entonces. Me pregunto qué fue de esa gentuza; si alguno volvió del 501 o siguió alejándose de la realidad. A lo mejor algunos de ellos simpatizan hoy con el proyecto nacional y popular; o bien denuncian a quienes pretenden llevarse nuestras riquezas. Pero visto el panorama, y sobre todo lo que se viene, la gran mayoría no se va a calentar por exigir o proponer algún mejor candidato que estos dos patanes. Entonces, me temo que van a aparecer otra vez estos clásicos escapismos del nihilismo criollo, como los del 501: negar la posibilidad de depurar el sistema con el voto; justamente cuando lo que necesitamos hoy es ponernos de una vez por todas los pantalones largos.
ReplyDeleteNi K ni D tienen más vuelo que una gallina desplumada, y eso es bueno.
ReplyDeleteLo que de verdad me hace temblar a mi es la posibilidad de Binner o Pino.
Dejate de joder, me da escalofríos. Lo menos malo que le puede pasar al país es un Macri.
ReplyDeleteOjo que Duhalde es un "piloto de tormentas", y si depositás un dólar no te hagas problema porque vas a recibir 1 dólar, puesto que los argentinos estamos "condenados al éxito".
ReplyDeleteDuhalde es "El Gran Escafandrista", piloto de barco que te lo convierte en submarino y te lleva a las profundidades abisales.
ReplyDeleteFrancisco, hoy, la verdad, no se puede hacer nada con el voto, los candidatos que apelan a un mínimo de racionalidad obtienen un puñado de votos, como López Murphy en 2007.
El cambio no va a venir por ese lado. Va a venir, si es que viene, dentro de mucho, mucho, mucho tiempo cuando haya fracasado la receta populista corporativista caudillesca tantas veces que hasta los necios argentinos sean capaces de advertirlo.
Insisto, porque ustedes no me dan bola, la única posibilidad es que lo entienda la corporación política.
ReplyDeleteLa política argentina expresa sin escalas lo que el argentino medio piensa y quiere, Louis. La nuestra es una cultura política sorprendentemente democrática en ese sentido. Estoy de acuerdo con Blogovido, hay que cambiar el concenso social en respecto al concenso de mínima -como te gusta llamarlo- necesario para que argentina tenga alguna posibilidad de desarrollarse en forma sostenida. Eso lleva bastante tiempo. Argentina no es un país aristocrático como Chile.
ReplyDeleteWilson, los países que ingresaron tardíamente a la modernidad lo hicieron así, incluida la Argentina de fines del siglo XIX.
ReplyDeleteNo lo discuto. En el orden conservador botana es bastante claro respecto a cómo la elite gobernante pudo crear un sistema político más allá de la opinión de la mayoría, pero también te cuenta que pasado un tiempo ese régimen sufrió una crisis de legitimidad y dejó de ser viable a partir de la toma de conciencia política de los descendientes de inmigrantes y un mayor deseo de participación popular en la vida política. Simplemente no creo que se pueda cambiar eso.
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