Lo cuelgo como post porque me parece que hay muchos argentinos que todavía albergan fantasías imperiales o, como suele decir Rosenwasser, tratan de compensar un muy marcado complejo de inferioridad con delirios de grandeza.
Por un lado, creo que hay una desconexión casi total entre los objetivos que los argentinos dicen tener y lo que están dispuestos a hacer para alcanzarlos. Muchos siguen convencidos de que es perfectamente posible llegar a Rosario agarrando por la Ruta 2.
Por otro, todo mezclado, todavía hay demasiada gente que sigue creyendo que el objetivo debe ser el de “Argentina potencia”.
Yo sigo creyendo que Argentina debería aspirar a ser un país de ingresos altos y no una potencia mundial militar. Es decir, creo que es preferible toda la vida ser Australia, Nueva Zelanda o Canadá que China, la India o Irán.
O, para ponerlo en términos del barrio, es preferible ser Chile que Brasil.
Luis, al post le hago una pequeña contribución, que en parte la hice utilizando una de tus frases:
ReplyDeleteEl mercado laboral argentino se sintetiza en una sola frase: "Una vez que salís, después es muy difícil volver a entrar".
Andrés
Andrés, ése “modelo” le viene como anillo al dedo a la corporación política clientelista nacional y popular. Para conseguir trabajo en Argentina tienes que pasar necesariamente por un político.
ReplyDeleteBiayo, aparentemente hace falta seguir explicando que no me refiero a “hacerse chileno” sino a estabilidad política y económica, respeto por los derechos de propiedad y apertura al mundo.
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