Hasta no hace mucho The Economist estaba entre las más serias de las publicaciones especializadas en economía. Lamentablemente en los últimos años se ha convertido en una broma de mal gusto.
Todavía me acuerdo de cuando se hacían pis y caca encima por el “modelo” de la Argentina kirchnerista. Parece que les llevó unos años pero se están dando cuenta, no del todo, pero algo es algo.
Porque todo el mundo sabe que el camino para el crecimiento económico sostenido pasa por las devaluaciones (cuanto más masivas, mejor), los controles de precios, el intervencionismo, el no respeto por el derecho de propiedad, la desinversión, los impuestos confiscatorios y las trabas al comercio exterior:
If world food prices were to fall suddenly, the Kirchners’ fiscal conjuring trick might blow up in their faces, setting off a spiral of devaluation and inflation. But for now their luck looks as though it will hold—at least until a presidential election next year. The opposition is fissiparous. Ms Fernández’s approval ratings (though not those of her husband) are reviving in tandem with the economy. She may yet squeak through for a second term.
Parece que dominan ampliamente el vocabulario del idioma inglés (fissiparous) pero les patina un poco con el análisis de la situación política de la Argentina.
ReplyDeletehasta hace un año habia un pibe yankee medio nabo como corresponsal. ahora hay una chica que viene de la revista nature y es mas analitica.
ReplyDeleteaparte en el fono aca mandan pibes que hacen sus primeras armas en el periodismo y terminan reportando lo que le dicen las fuentes nada mas
Anónimo, es así, de todos modos llama la atención la fascinación que generan entre tanta gente las iniciativas antimodernidad.
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