Y no se condice con los resultados de las últimas elecciones. Pero la impresión que me queda es que la gran clase media nacional, popular y progresista* sigue sin rechazar de cuajo este modelo de país.
Ejemplo uno.
Ejemplo dos.
Tal vez están cansados de las formas de esta gente y, sin duda, la cosa se va a poner peliaguda cuando la plata ya no alcance. Pero ante la posibilidad de elegir, eligen el socialismo nacionalista.
Es cierto, a algunos les va fantástico. Y, lo que es más importante, les va fantástico haciendo mal las cosas. Pero hay otros que no comen vidrio y saben que el “modelo” es insostenible.
¿Por dónde pasa el entusiasmo? ¿Por la idea de que vuelvo a fracasar, pero me consuelo pensado que no doy el brazo a torcer, que sigo fracasando pero haciendo las cosas a mi manera?
Como me explicó un ex compañero de trabajo (gerente, profesional, manejo de inglés, estuvo alguna vez en EEUU y Europa) durante los primeros años de Kirchner: los argentinos no fracasan por incapacidad sino porque no les interesa el éxito.
* Clase media extendida, la que lo es por ingresos y por pertenencia cultural.
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