Me parece muy positivo, pero parece mentira que todo el mundo acepte como lo más normal que un funcionario tenga el poder de decirle a un hijo de vecino en qué horario tiene que abrir su negocio. Como para darse una idea del avance del estado sobre la vida de las personas.
Pero, como dice el comentarista anónimo que dejó el enlace, comparen a esta mujer con la viuda de Kirchner y su banda.
Comenté en BB al respecto. Y lo más surrealista es que los comerciantes se oponen!!
ReplyDeleteLos que se oponen no son los comeciantes en general, sino los pequeños comercios porque dicen que esto beneficia a las grandes tiendas.
ReplyDeleteLo curioso no es eso, sino que la gente en general no apoya abiertamente esta medida, muchos dicen que abrir los domingos es esclavizar a los empleados de los comercios, como si alguien los obligara a trabajar ese día (eso sí muestra las creencias y valores generales).
Hace unas semanas, esta misma mujer (que no es intendenta de Madrid, sino Gobernadora de la comunidad de Madrid, el intendente de la ciudad de Madrid se llama Gallardón) dictaminó que los maestros trabajaran dos horas más por semana, algo contemplado en la ley pero nunca aplicado (la ley habla de un rango). A pesar de que las hs que trabajan los maestros en España está muy por debajo del promedio europero, tuvo una gran oposición de los sindicatos, del gobierno de Zapatero y de cuanto vago anda por la vida llamándose "indignado" porque "intentaba acabar con la educación pública".
El anteproyecto de ley incluye la completa libertad de apertura bajo algunos límites: podrán abrir los festivos los establecimientos más grandes de 750 metros de superficie, siempre que se dediquen "predominantemente" a la venta de "muebles, artículos de decoración del hogar y bricolaje, artículos deportivos, juguetes, vehículos y materiales de construcción". Al referirse a "predominantemente" la normativa se refiere a que cuenten con más del 50% de los estantes dedicado a los productos mencionados.
ReplyDeleteLos indignados no son más que ¿adultos? entrenados como y disfrazados de bebés llorando cuando les sacan la teta.
ReplyDeleteNo sé qué pasará en España pero, por lo menos, están algunos dándose cuenta de que la dirección en que iban (o todavía van) no es la conveniente.
ReplyDeleteEn Argentina se pisa el acelerador.
En España mucha gente se ha dado cuenta de que las políticas del PSOE han sido equivocadas, y por eso el partido opositor de centroderecha (el PP) tiene por primera vez una diferencia de intención de voto de más de 15 puntos (una gran diferencia en países normales).
ReplyDeleteSin embargo, eso no quiere decir que todos sean conscientes de la necesidad del cambio (el PSOE sigue teniendo un tercio de los votos) ni que la mayoría esté dispuesta a hacer los sacrificios que serán necesarios para cambiar (eso se verá después de las elecciones del 20 de Nov).
Otra curiosidad de esta ley es comprobar cómo la gente de izquierda critica sin siquiera detenerse a escuchar o pensar lo que se les dice: se niegan a esta ley porque dicen que acabará con los comercios pequeños, cuando en realidad solo los comercios pequeños pueden optar a abrir los domingos y festivos (los hipermercados o shoppings NO pueden) o se niegan porque dicen que esta ley los convertirá en esclavos, cuando en realidad nadie los obliga a abrir, es solo optativo.
Les dejo una frase de Petinato
ReplyDelete¡En Wall Street, en Grecia, en España, y en toda Europa estallan los indignados!
En Buenos Aires ya se están oyendo los primeros ecos de los Resignados y los Alienados. ¿No los vieron? ¡Van en el subte, tren y colectivo todas las mañanas!
¿Para qué una ley que diga que los comercios pueden abrir a cualquier hora, en cualquier día? ¿No sería precisamente lo contrario? Es decir, quitar alguna ley que regule horarios y días al respecto.
ReplyDeleteDicho de otro modo, sin ninguna ley al respecto, el comerciante de a pie podría abrir su local el día y a la hora que se le antoje. En todo caso, es el mercado el que le dirá cuándo es mas conveniente hacerlo.
Cuantas mas leyes, más regulaciones, y cuantas más regulaciones, mas coimas y sobornos.
Emilio.
Que les permitan abrir a toda hora quiere decir, simplemente, que no les están impidiendo abrir el día y la hora a las que se les canta. Y no quiere decir que tengan la obligación de abrir todos los días a todas horas. Quiere decir que, los que quieran, puedan y les convenga van a abrir en los horarios que se les cante.
ReplyDeleteQuiere decir que el pobre infeliz que iba a ver muebles los sábados, apretujándose y molestándose con otros pobres infelices ahora va a poder hacerlo los domingos, menos apretujado, menos infeliz. Y que el comerciante que se mataba trabajando los sábados y perdía ventas por no poder, aunque quisiera, abrir el domingo, ahora va a trabajar más cómodo y no va a perder ventas.
Quiere decir que uno puede llegar a tener negocios abiertos a horas tardías o tempranas y podrá hacer compras que antes no podía porque su horario de trabajo coincidía con el de apertura del negocio.
Quiere decir, sobre todo, que el Gobierno de la Comunidad de Madrid -que no sólo de la ciudad- renuncia a su despotismo de obligar a los sujetos compradores y vendedores de ejercer su libre transacción a la horas en que al gobierno se le canta y van a poder hacerlo a la que ellos quieran, según su mutua voluntad y conveniencia.
Quiere decir que a los ciudadanos se les devuelve algo que el Estado les había arrebatado. Quiere decir que son más libres que antes.
Les cuento unas anécdotas:
Hace quince años, por cuestiones profesionales y recomendado por una amistad, visité a una persona en una provincia del interior de la Argentina. Llegué a su casa a las dos de la tarde. Hospitalariamente me compartió su almuerzo, elemental pero abundante y exquisito, de su preparación. Posteriormente se disculpó por lo frugal del mismo y se quejó de no poder haberlo hecho mejor, porque había querido comprar algunos ingredientes y los comercios estaban cerrados.
Esta persona trabajaba en un cargo de gestión en una universidad de 7 a 13 hs. Cuando llegaba a su casa, un poco en las afueras de la ciudad, pero no mucho, a las 13:30 hs. encontraba todos los pequeños comercios –que eran los únicos existentes- cerrados por la siesta. Lo mismo que a él les pasaba a muchas personas con horarios de empleados, públicos o estatales: Llegaban a sus casas a la hora del almuerzo sin poder darse una vuelta por un almacencito, una verdulería para comprar algo que les faltara o tuvieran ganas de incorporar a la comida en ese momento.
Me comentaba amargamente: “Después se quejan de que no venden.”
Hace poco tiempo caminaba con un grupo de gente a eso de las 15 horas por un barrio de la Ciudad de Buenos Aires. Alguien comentó que ciertos negocios que habitualmente solían estar abiertos, estaban cerrados. Una de las personas, oriunda del interior, comentó con un dejo de satisfacción: “¿Vieron? Yo les dije: se viene la siesta a la Capital”. A mí me quedo resonando mal. Después pensé: “¡Claro, dejemos de producir! Estamos produciendo tanto. No vaya a ser cosa que echemos a perder nuestra economía con tanta productividad. Vamos a inundar el mercado y los productos van a bajar su precio… etcétera.” Como si estuviéramos tan bien que podemos darnos el lujo de dejar de producir.
Es increíble la hispánica tendencia a la nada que tenemos.
Y no me extiendo sobre la prohibición de la venta de alcohol en los kioscos de la Ciudad de Buenos Aires, después de las 23 horas. Una medida inútil para lo que intenta conseguir. Y que sólo sirve para jodernos a los que llegamos de trabajar después de esa hora y, algún día, se nos ocurre que podríamos comprarnos un vinito o una cervecita de vuelta a casa porque no tenemos en la despensa.
Don Freeman.
(Cerrado de 14 a 16 por descanso postcondrial
–que es como le dicen ahora a la siesta.)
Don Freeman, gracias por las anécdotas... Eel tema de la siesta provinciana ha sido discutido varias veces en el blog. Acá hay un post y discusión relacionados.
ReplyDelete