Cruzando la Cordillera

Como te decía en un comentario, si no me viste postear en estos días es porque estuve de vacaciones en Chile por 6 días y en las ciudades de Santiago y Viña del Mar.

Si bien falta que cuente el resto de las cosas, te lo resumo en una sola palabra: PROGRESO. Pero progreso en serio.

-Recorrí supermercados, desde los de la cadena Santa Isabel hasta Tottus y Jumbo, pasando por otra cadena de minimercados llamada OK Market. Por momentos sentía que estaba cruzando el Muro de Berlín para ir de una ciudad a otra al ver que se podía acceder a productos de buena calidad y a precios accesibles. El primer día que llegué a Chile quedé boquiabierto al ver chocolates Lindt en una góndola. Y ayer recorrí un supermercado Jumbo y podía encontrar desde chocolates de Rumania hasta café de Colombia.

-Ayer volví a Buenos Aires por Ezeiza y te puedo asegurar que en la cinta transportadora de equipajes vi no uno sino tres televisores comprados en el exterior.

-Si en Buenos Aires está lleno de brasileños, en Santiago...también.

-A pesar del lío con los estudiantes en Chile, hay muchas universidades privadas que ponen carteles en el Metro y en otros lados.

-Salario mínimo promedio en Chile: 380 dòlares mensuales.

-Es raro ver gente tirada en la calle, también es muy extraño y hasta imposible ver niños pidiendo en la calle, salvo en las zonas de la periferia más pobres. Pero con una diferencia: si los Carabineros agarran a un chico pidiendo, directamente los derivan al Servicio Nacional de Menores y luego hacen las demás averiguaciones. Cuando caminaba por el Parque Forestal de Santiago, me extrañó no ver chicos drogándose a la vista de todos. Las pocas personas que vi pidiendo en Santiago y en Viña eran mayores de edad.



-El Metro de Santiago es muy moderno y extenso, además de limpio. No se ve ni una sola persona pidiendo o vendiendo dentro de la estación y en los trenes. Por momentos extrañaba a los vendedores ambulantes y los niños que piden en el subte de Buenos Aires.

-Sacando algún que otro residuo, me sorprendió la limpieza que veía en Santiago y en Viña. No se ve basura desparramada, salvo alguna que otra botella o papel, pero nada más.

-Sí, hay muchos perros callejeros en Santiago. Pero no mirás para abajo cuando caminás para no pisar un “paquete”.

-Mientras caminaba por Santiago y Viña del Mar, no podía creer toparme con chicos bien vestidos con cara de "wachiturros". Yo veía como estaba vestida la gente en general y la impresión era buena, si bien no todos iban vestidos de oficinistas.

-Casi todo lo que veía por Santiago era modernidad. Para descubrir los beneficios del libre comercio (Chile tiene firmados tratados de libre comercio con 57 países del mundo), al menos hasta ahora, basta con darse una vuelta por Santiago.

-Respecto a la tragedia en Once, mientras la mal llamada TV Pública de Argentina no decía nada, en cambio, la TV estatal de Chile estaba casi permanentemente difundiendo información al respecto y hasta consultando con especialistas acerca del tema.

-Un día, mientras caminaba por la avenida Manquehue, esto es, barrio Las Condes, vi a un Renault 18 girando en U. ¿Adivinen de que nacionalidad era la patente? Argentino. Ahí en Santiago y en Viña, algo que me llamaba la atención era que los autos frenaban para dar paso a los peatones. Y cuando me llevaban de Santiago a Viña y viceversa por la autopista 68, no vi ningún auto haciendo señales con las luces para pasar primero.

-En Santiago, cuando hace calor, el mismo es seco, nada de humedad. El aire está contaminado por el smog, no hay que olvidar que la ciudad está situada en un hueco entre montañas.

-A un guía de turismo le pregunté si existía la posibilidad de que en Chile haya un gobierno de extrema izquierda y me dijo que no, que no cree que vaya a ocurrir, porque después del Golpe del 11/9/1973 hoy se trata de cuidar la democracia y, en la misma línea, la economía. Quien sí se cree que vuelva a La Moneda es una tal Michelle.

-Conocí la autopista que pasa por debajo del río Mapocho.

-Otro guía de turismo me confirmó que eso de que en Chile la pobreza es de alrededor del 20% de la población es cierto. Y que la indigencia es del 1% también es cierto.

-La autopista que une Santiago con Viña del Mar es de construcción reciente y si antes se tardaba 3 horas en ir de una ciudad a la otra, gracias a la autopista ahora se tarda 1,5 horas. ¿Quién financió la construcción de esa autopista? Una Administradora de Fondos de Pensión, que prestó el dinero a la concesionaria.

Van otros ejemplos de muestra:

-Televisor LED 42 pulgadas: en Chile sale unos 600.000 pesos chilenos. Algo así como 1240,95 dólares. En Argentina costaría unos 1517 dólares. Busquen quien se queda con la diferencia.

-Par de zapatillas Vans: en Chile sale unos 27990 pesos chilenos. Algo así como 57,89 dólares. Pareciera ser que en Argentina no se consiguen.

-Un boleto del Metro de Santiago: cuesta unos 600 pesos chilenos. Aproximadamente 1,24 dólares. En Buenos Aires se quejan porque el subte sale unos 2,10 pesos argentinos, que en dólares seria ¡¡0,50!! La diferencia está en el servicio.

-Es realmente sorprendente el parque automotor que he visto. Casi todos modelos nuevos.

-Otra perla: para conseguir un crédito hipotecario en Chile, según, me contaron, solo hace falta tener un trabajo estable por un año.

-En Chile no se puede manejar ni a aspirar a cargos públicos si no se tienen completados 12 años de escolaridad obligatoria.

-En Santiago, me contaron, casi no quedan villas miseria. Se fueron erradicando a medida que a sus moradores les dieron créditos subsidiados. Es más, se ve construcción de edificios y tierra removida por todos lados, incluso al lado de la autopista Santiago-Valparaíso.

Andrés