Mar 12, 2012

Escuela de servidumbre.

La ingeniería de las almas constituye el Credo de la nueva Iglesia. Para que la mente misma sea materia moldeable por el Sumo Arquitecto. Y el Estado asuma la compleja producción de esa mercancía de alta resolución que es el alma perfectamente sierva.
Estamos ante la mayor regresión moral y política, desde el lejano tiempo en que alguien en la prodigiosa Atenas del siglo quinto diera en codificar la centralidad constituyente de la ciudadanía, previa a cualquier adoctrinamiento. Eso es preciso dinamitar. Estamos ante el sancta sanctorum del socialismo español contemporáneo, ante el Mysterium Magnum en torno al cual gira todo en el providencial destino del Pedagogo en la historia contemporánea de España: que nada quede de la autonomía del ciudadano frente al Estado. Ni de su resistencia.
No se enseña ciudadanía a un ciudadano. Da vergüenza tener que explicitar una obviedad tan hiriente. Educación para la ciudadanía es sinónimo de aprendizaje de servidumbre. Estatalmente sentimentalizada. 
(...) 
Y el debate se desencadena. Uno de los más bellos y cruciales de la polis clásica, porque se juega en él exactamente aquello que distingue a la polis de todos los despotismos teocráticos que imperan más allá de sus fronteras: aquellos en los que sobre el tirano recae la potestad de dictar comportamientos y creencias a un pueblo sin más atribución verbal que la de repetirlas.

*** 
Para la gloria de la patria, para el avance del espíritu humano, es necesario que los jóvenes ciudadanos elegidos por la naturaleza entre las clases ordinarias hallen una esfera en la cual sus talentos puedan expandirse; sea cual fuere el estado en que el azar los hizo nacer, sea cual fuere su fortuna, la nación se hace cargo de su genio". Se hace así ley el ideal que Condorcet anhelara: "Que, aun dando a todos la igual instrucción que a todos es posible extender, la república no niegue a ninguna porción de ciudadanos esa elevadísima instrucción que no puede ser compartida por la masa entera de los individuos".
Tal, la grandeza de la escuela republicana. Y el universo de modernidad que funda. Al cual ningún hombre libre puede renunciar sin perder, en su renuncia misma, la condición ciudadana. La enseñanza en la España socialista ha optado por la vía inversa. Destruir cualquier control, cualquier esfuerzo, cualquier competencia, cualquier mérito. Para igualar a todos en el cero. Es el retorno al más arcaico viejo régimen.
Este texto es un fragmento editado del capítulo 4 del libro que publicó la editorial Temas de Hoy.

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