El sueño de la aldea propia

¡Quién no ha soñado con tener una aldea propia y ser el señor de vidas y haciendas! O un chalecito para hacerse un asadito sin que te asalten.

Bueno, la aldea ahora la podrán comprar, las vidas y haciendas es otra cosa.

Siempre podrán conseguir de oferta alguna campesina rumana o rusa, no precisamente del estilo de las Opiladies, y ovejas siempre se consiguen. Un caballo vale unos 500-700 Euros, más otros tantos de riendas, bozal y montura usadas (si prefieren el recado, tráiganlo de Argentina porque en Europa no se consiguen).

El caso es que hay una empresa que permite la oportunidad de comprarse una aldea propia en España desde la módica suma de 47.000 Euros hasta 1.300.000 Euros o más. La empresa tiene un site web: www.aldeasabandonadas.com y allí podrán ver que algunas son realmente interesantes, sobre todo las que valen un fangote de plata (señores de vida y haciendas austeros, abstenerse).

La de la primera foto está localizada en Lugo y es ideal para los amantes del Do it by yourself. No hay cerca un Leroy&Merlin ni nada parecido, pero disfrutarán de la vida en un ambiente natural sin agua corriente, ni baños ni calefacción. Y es barata. No sé por qué.

La segunda está también en Lugo y requerirá algún esfuerzo, pero su amplia planta baja les permitirá guardar ahí los animales (también pueden ser visitantes) que calentarán la planta alta con su calor al mismo tiempo que añadirán un toque silvestre con sus naturales olores (de los animales, no los visitantes).

La tercera está en La Coruña y tiene una vista espectacular de la Costa de la Muerte (llamada así porque la gente se muere al ver la costa) e incluye una finca y varias hectáreas de parque por solamente 370.000 Euros. Una bicoca si piensan que incluye un viento de la hostia (es sagrado) y lluvia garantizados durante unos 6 o 7 meses al año. Playa, lo que se dice playa, no hay mucha, pero hay unos bonitos acantilados para buscar percebes y calas para esconder las lanchas contrabandis, perdón, de placer para mejorar los ingresos de los temerarios amantes de los deportes de riesgo.

Finalmente, la última no está en Galicia sino cerca de Cáceres, en Extremadura, en el Valle del Jerte (sí, así se llama) y es la que más me interesa.

Tiene varios manantiales y cuatro estanques naturales, uno de ellos está hecho piscina moderna, es un conjunto de cinco edificios de más de 200 años de antigüedad y que fueron reacondicionados a nuevo en 1996 utilizando materiales antiguos procedentes de derribos y de anticuarios.

Aquí sí podré ser el dueño y señor de vidas y haciendas, estar cerca de Plasencia, de Portugal y de tantísimos lugares históricos que me alegrarán la vida.

Me falta un pequeño detalle que solucionaré rápidamente, si el Alcalde del Municipio acepta, que me permitirá obtener un subsidio de 1.300.000 Euros que es el precio de este conjunto.

Aprovechando la malaria que hay en España, y el malhumor colectivo que el electorado muestra hacia los políticos, le he propuesto que a cambio del susbsidio (que es una nadería al lado de lo que ya han gastado) le permitiré anunciar que un inmigrante argentino adquirirá esa propiedad lo que le brindará un singular prestigio a la zona y desviará la atención pública del Municipio. El Alcalde lo está pensando y me dijo que sería muy factible si también me traigo personal doméstico de aspecto aindiado (no problem), varios rumanos y algunos subsaharianos negros para darle un toque de color a la zona que está medio carenciada. Moros me dijo que no, porque ya hay bastantes.