a)
Argentina tiene que convertirse en una meritocracia. El éxito en la vida debe dejar de pasar por los contactos, el acomodo, la llegada a un funcionario y tener mucho más que ver con el mérito. Es decir, al que hace mejor las cosas le tiene que ir necesariamente mejor que al que las hace menos bien (de hacerlas mal no hablo, porque en ese caso la persona debería quedar fuera del sistema).
b)
El valor por defecto tiene que ser la libertad. Debe estar permitido todo lo que no esté prohibido expresamente por la ley, en lugar de estar prohibido todo lo que no esté permitido expresamente por la ley, como sucede en la actualidad.
¿Es realista creer que el estatismo salvaje que campea en el país desde su nacimiento va a desaparecer de un día para otro? Yo creo que no. Por eso es que sigo creyendo que es fundamental avanzar con la descentralización y una vuelta al federalismo lo más a rajatabla posible. Aunque más no sea como estrategia para desconcentrar el poder del autócrata de turno.
Cada vez más lejano 1:Hoy dieron la noticia que adelantó Hegeliano, la propuesta de ingreso en Córdoba por sorteo y no por méritos.
ReplyDeleteCada vez más lejano 2:patético futuro:
http://www.lanacion.com.ar/1463363-calvo-se-van-a-ir-los-ahorros
Cada vez más lejano 3: superamos a Venezuela, en inflación, más del 6% en el trimestre contra la mitad de chavelandia. Ni siquiera le llegan a los talones a Chávez.
Yo creo que todo se resume al nivel de responsabilidades que cada Argentino quiera tener en su vida... sabemos que a mayor responsabilidad, mayor libertad. Todavia seguimos con la idea de que gobierno nos maneje la vida porque es mas comodo, mas facil y despues podemos quejarnos que nos estafaron y toda la historia de siempre. Es lo que veo yo por lo menos.
ReplyDeleteCoincido. Lo irónico es que ambas condiciones están previstas por la constitución nacional (de 1853):
ReplyDeleteArtículo 16.- La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.
y
Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.