Jun 12, 2012

Los anuncios de pesificación han provocado que:

1) A los deudores en dólares les brote un repentino y oportuno sentimiento nacionalista, para licuar sus deudas (es decir, incumplir parcialmente lo convenido). Varios clientes me están "pesificando" los honorarios que habían convenido en dólares, a 4,50 por dólar. Y no necesariamente son los malos: a ellos les hacen lo mismo.

2) Se haya paralizado el mercado inmobiliario, porque los eventuales compradores quieren pagar en pesos, y nadie quiere vender inmuebles para recibir en una moneda nacional carente de valor y luego de quedarse en pesos, no poder comprar bienes de valor equivalente.

3) Se haya destruido por completo el crédito aun a corto plazo: si de hecho no se puede financiar en dólares -y el proyecto de reforma del Código Civil apunta a eliminar las reformas liberales de los artículos 617 y 619 actuales- si es ruinoso financiar en pesos; y si no se puede indexar (artículos 7 y 10 de la ley 23.928), lo racional es no financiar a nadie. Si a ello se suma que los jueces con mucha frecuencia adoptan las interpretaciones más desfavorables al acreedor, el cuadro general es de parálisis, porque nadie quiere contratar para ser víctima de sus deudores y del Poder Judicial.

4) Haya caído la demanda de pesos, porque pretender la imposición de una "pesificación psicológica" es lo mismo que procurar un amor a palos. La gente usará los pesos para comprar bienes, pero no para ahorrar.

5) Se haya generado una incertidumbre paralizante.

6) Last, but not least, los controles cambiarios son inconstitucionales, y nos conducen a Cuba. El derecho de salir del país (artícul 14 de la Constitución Nacional), para ser operativo y no una mera declamación, debe tener como correlato el derecho de llevarse dólares, divisas fuertes o joyas, pues nadie recibe pesos, salvo en Uruguay, y a vil precio.

Hemos caído en manos de una banda de totalitarios e incompetentes, para colmo sin contrapesos, sino por el contrario en los hechos acompañados de una runfla de opositruchos ignorantes, cobardes, afines ideológicos o todas esas cosas a la vez.

Julio

7 comments:

  1. Si se acuerdan hace varias semanas que dijimos por acá que los bonos del gobierno en dólares, que deben ser abonados en dólar billete, podrían ser pesificados, al menos para los residentes, abonándose en pesos billete al tipo de cambio oficial... el mercado todavía no percibe eso, pero ya hay gente que sospecha una movida, no tanto para el boden 2012 que vence ahora en agosto pero sí para el resto. Una movida así, sería catalogada como default.

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    1. Yo creo que llegado el momento no van a cumplir con los vencimientos de la deuda en dólares.

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    2. Esta gente, con la falacia del "bien común" se va a llevar puesto todo. Les importa tres bolas nada: tienen una runfla de imbéciles con la marca del helado en la frente que les vota, les repite consigna tras consigna como si cánticos de una secta se tratara. David Koresh un poroto, y vamos a terminar igual, pero por mano propia.

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  2. Encima, para pesificar utilizan el pretexto de sancionar un nuevo código civil y comercial, basándose en un proyecto que encomendaron a Lorenzetti, Kemelmajer de Carlucci, Highton de Nolasco, etc,, que, a su vez, se basa en un modelo que se discutía en ámbitos académicos desde hace mas de 15 años y no se logró sancionar en el gobierno de Menem y De la Rua.

    El Código Civil vigente, que ya tiene casi ciento cincuenta años, era profundamente liberal, luego se le injertó (en el gobierno de Ongania...), un articulado nada liberal, de intervencionismo judicial, cuestionamiento a las voluntad libre en los contratos, etc.).

    El de ahora profundiza el enfoque antiliberal, incorpora muchos temas "colectivos", incluso la “propiedad comunitaria de los pueblos originarios”.
    Finalmente, lo que se envía al Congreso es el proyecto encargado, pero con una cantidad de reformas que hizo "el Poder Ejecutivo", y no es solo la pesificación, sino muchas normas a favor del Gobierno.

    Como los códigos tienen vocación de permanencia, y los argentinos somos muy conservadores en modificarlos o cambiarlos, esas reformas seguramente perdurarán o será difícil volver a algo diferente.

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    1. Pedro, lo que hemos dejado hacer con la República no tiene nombre.

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  3. Si, José Luis, es triste, y más aún, el no poder hacer nada, no poder influir en los acontecimientos, más allá de lo que uno pueda hacer en el ámbito donde se desenvuelve, y sabiendo que esos acontecimientos te llegan a tu vida personal.

    Es como ser espectador en un circo donde uno ve que en el espectáculo hay unos asesinos armados con grandes cuchillos, que se dirigen al publico y van atacando a algunos espectadores, pero que tarde o temprano llegarán a uno. Y encima, ver que muchos de los presentes, están aplaudiendo a los asesinos, obviando que pueden ser las próximas victimas :(

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