Basta de realidades, queremos fantasías.
No me canso de repetirlo. La Argentina Nacional, Popular y Progresista es una máquina de destruir records. A pesar de la fijación casi patológica por tratar de diferenciarse de los Odiados 90, esa década sigue constituyendo el parámetro absoluto de todas las comparaciones. Después de siete años de records sucesivos, seguimos soñando con algún día recuperar el nivel de consumo, salario real, producción y ratio deuda - PBI de esos años tan nefastos.
Los records son tantos que ya perdí la cuenta: producción y venta de automotores, inversión en tecnología, acceso a bienes de capital tecnológicos, acceso al crédito de consumo.
Pero resulta que, como de costumbre, las cosas no son exactamente como las pintan los titulares de los diarios o las declaraciones de los funcionarios. Después de casi 10 años y un aumento de un 10% de la población, a pesar de los artilugios estadísticos, como mezclar las cifras de ventas de usados y 0km, el boom de venta de automóviles está aún lejos de los 90:
Pero si bien este año se encamina a ser el mejor de la historia (en 1998 se vendieron 508.000 unidades), hay una realidad: todavía habría que mantener este ritmo en los próximos tres años para igualar el boom de venta de los 90.
Entre 1991 y 2000, se comercializaron en el país unos 3,6 millones de autos a un promedio de 360.000 vehículos anuales. Desde 2001 hasta 2007 inclusive, el mercado demandó 2,1 millones. Esto significa un promedio de 300.000 autos por año. Sólo para equiparar los niveles de la década pasada, en 2008, 2009 y 2010 se tendrán que vender 500.000 vehículos por año. Si bien hoy no parece exagerado lograr ese objetivo, en una economía tan cambiante como la de la Argentina nada está asegurado. (Por ejemplo, a mediados de los noventa se estimaba para 2000 un mercado de 700.000 unidades y en 2002 apenas se comercializaron 85.000 vehículos.)
Pero hay que tener en cuenta un factor importante que es el crecimiento poblacional. Suponiendo un aumento en la cantidad de habitantes de 10% en una década, eso agrega un adicional de 360.000 autos a repartirse en los próximos tres años, lo que significa un gran desafío sólo para alcanzar el volumen de mercado de los criticados 90.
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