Mar 11, 2008

La Ley (IV)

Llovieron excelentes posts y comentarios estos últimos días sobre el tema de las diferentes culturas, el desarrollo, y la relación entre los dos conceptos. Sergio hablaba sobre el caso de España, Grecia y Portugal, Blogovido siempre toca el tema de la educación, Louis nos recuerda siempre del piso de racionalidad. En fin... me apasiona este tema.

Y estaba pensando mientras leía el post de Mike sobre el trágico accidente de Dolores una vez más en el tema. Accidentes de tránsito los hay en todas partes del mundo, pero hay países en los que la lotería saca más números, como diría Mike. En mi provincia natal, Tucumakstán, la gente muere como perros en la ruta 38 todos los años. Los carros que cargan la caña de azúcar ocupan los dos carriles y más de uno fue a buscar el código de tránsito para ver si están prohibidas las luces en este tipo de vehículos porque NI UNO lleva una puta luz. Es una locura.

Cómo se arregla esto? No es la gente la culpable. El sistema está podrido, y cuando el sistema está podrido, el que cumple las normas es el gil de cuarta. Yo todavía tengo esperanzas. Le hemos encontrado la vuelta al tema del cigarrillo, todavía no puedo creer que la gente respeta esta norma en mis pagos.

Nada es imposible entonces!

(Por supuesto, todo parece imposible cuando en el diario tucumakstano el día después del accidente mencionado arriba uno se encuentra con esta noticia:
Colectivo con pasajeros circula a contramano

)

Siempre vuelvo a este curso sobre el tema. Es un curso corto, y no van a encontrar palabras en él, pero habla mil volúmenes.

Un hindú manejando en la India:


Un hindú manejando en Los Angeles:

1 comment:

  1. El fenómeno del candil de la calle y oscuridad en su casa parece no tener nacionalidad, a juzgar por los del hindú manejando en la India y en Los Angeles (supongo que no es el mismo indio, pero se entiende la broma y el alcance).

    Muchas veces he cruzado de Tijuana o Mexicali a California, y siempre pasa lo mismo: los que al sur manejaban como asesinos poseídos, apenas cruzan a Estados Unidos avanzan respetando luces rojas, signos PARE, CEDA EL PASO (YIELD), y ni se molestan en crear tres pistas donde sólo hay dos; esa creatividad la dejaron en la frontera. Hasta los peatones son diferentes. En México, suicidas sin ni un apego a su pellejo o al de sus chiquillos, a los que acarrean cruzando calles por el medio y en diagonal, para que el cruce sea más largo y riesgoso, o conejeando entre autos, buses, camiones, bicicletas y otros osados mexicanos que transforman muchas autopistas casi en paseos peatonales. En Estados Unidos, tras el trámite del cruce, los vez muy detenidos frente al paso peatonal esperando la señal: luz verde o perfil humano en verde en el semáforo; miran para ambos lados; nada de diagonales intrépidas con crías a la rastra.

    Cierto es que brutos hay en todas partes y se ven automovilistas y peatones que se merecen mutuamente. Pero no es con la contundente y abrumadora presencia numérica con la que inundan las calles mexicanas. Y son las mismas personas. Toda una maravilla.

    Sergio

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