Una de las cosas más espantosas, más tercer mundo profundo, de hermandad latinoamericana, de las ciudades argentinas es la cantidad de perros sin dueño que pululan por las calles. Tantos o más que la de niños que practican la mendicidad.
Y a nadie se le mueve un pelo.
En muchos lugares se utilizan unos canastos de metal para la basura, instalados sobre un poste, para evitar que la rompan y hagan un desastre. Hablo de los perros. Los niños y sus madres que buscan alimentos en la basura todavía tienen capacidad intelectual para darse maña y superar ese obstáculo. Digo todavía porque la nutrición durante los primeros años de una persona determinará su capacidad intelectual durante el resto de su vida. Les espera un futuro brillante.
(Viene de acá)
Casos que reflejan el estado de deflagración cerebro-mental argenta:
ReplyDeleteEn Formosa hace unos días se celebró la festividad de la Virgen del Carmen. En una de las misas principales, cuando el obispo se dispuso a bendecir a la feligresía, apareció una señora con sus dos mascotas rogándole al cura que se las bendiga, ya que 'Dios les había salvado la vida'...el cura amablemente se negó y la mujer se retiró ofuscada de la celebración, amenazando con denunciar el caso al INADI!!!!.
Hace años atrás, también en Gildolandia, mi hermano venía circulando en moto, a baja velocidad, cuando le sale un perro a prepearlo. Por intentar esquivarlo, el pibe cae al pavimento y de inmediato algunos transeúntes lo asisten...al perro (sin daño alguno). Uno de ellos, lo insultó a mi hermano (que estaba abollado y tirado en el piso) por no haber prestado atención y haberlo atropellado.
Aquí en Santa Fe, no nos quedamos atrás. Uno de los diarios locales publica diariamente avisos sobre perros perdidos o encontrados; en la revista semanal hay una página dedicada a 'las mascotitas' y si ustedes leyeran los epígrafes de las fotos, estarían pidiendo a gritos que les pasen el S&W...
En las columnas de opinión del mismo diario; repito, en el espacio en donde se plasma el pensamiento, le dedican un generoso espacio a una sarta de lunáticos reclaman que el Estado se haga cargo de los perros abandonados. Ni se te ocurra ponerte en contra, te piden la retractación antes de colgarte en la plaza; no importa que Santa Fe tenga, creo, la mayor cantidad de soretes de perro por metro cuadrado, o que de vez en cuando uno de estos angelicales pichichos liquide a un cristiano.
Lo lamentable es que en esta movida se prenden tipos que tienen estudios universitarios; o gente que tiene el poder de decisión sobre muchos otros.
Como se suelen preguntar en este espacio: ¿cómo se sale de esto?
La otra vez choqué un perro con el auto en la ruta, de noche, no me mate porque Dios es argentino.
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